Estos países atraviesan por una amenaza de inestabilidad social e institucional por protestas causadas por decisiones adoptadas por sus presidentes Iván Duque y Nayib Bukele.
Contra Duque se protesta por un proyecto de reforma fiscal que, según advierten mucho, iba a tener un impacto negativo en la mayoría de los colombianos, quienes se han lanzado a las calles a pesar de que la iniciativa fue retirada del Congreso.
En el caso de Bukele, en su contra hay un movimiento de rechazo interno y externo por el desmantelamiento del Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo, lo que muchos creen podrían conducir al desquebrajamiento del orden institucional.
Ya se advierte que el país debe mirarse en el caso de Colombia, en estos momentos que se habla de una reforma fiscal, con diferentes aristas, siempre inclinada a incrementar las recaudaciones fiscales.
Contrario a la situación colombiana, el presidente Luis Abinader es el principal auspiciador del diálogo con los diferentes sectores, por lo que se descarta que un pacto tributario pueda conducir a episodios desagradables. Sobre la experiencia que ahora vive El Salvador, en el país se ha materializado una sólida base institucional con respeto a las normas y la diferenciación de los poderes.
Sin embargo, se advierte que no estaría nada mal mirar el espejo de Colobia y El Salvador para evitar las malas prácticas y así evitar los acontecimientos que han despertado la reacción de la comunidad internacional.
El presidente Luis Abinader y su gestión apuestan al consenso, de ahí que se propiciará al diálogo en el tema fiscal, si se discute.
