Wilfredo Mora
En 1960, era común hablar de programa de educación sanitaria, o de educación de la higiene; la investigación de la salud de las comunidades rurales se llevaba a cabo debidamente con su archivo técnico y administrativo.
Había notificaciones a las escuelas, y se empleaban medios publicitarios de aviso.
Existía entonces, el instructor que empíricamente impartía y transmitía su experiencia y conocimientos en atención a los problemas de la salud de la comunidad. Bueno, debo decir que la educación sanitaria tuvo su origen en la intervención estadounidense, que impactó mucho en el primer sistema educativo de la nación dominicana.
Preparar en la actualidad a los educadores sanitarios es un asunto de los antropólogos sociales, como intermedio de que el educador logre tener amplias nociones de las ciencias médicas y biológicas, en general, y conocer perfectamente los conceptos de las ciencias sanitarias, antes de planificar y realizar cualquier labor.
No sabía que en el país existía una Escuela de Salubridad, y de hecho no existe. Pero, al indagar sobre los programas, o Comisiones de erradicación del paludismo, el dengue, la chikungunya, no pude encontrar nada en la estructura del Minerd. Apenas estaba a punto de despuntar el programa de Escuelas Saludables.
Pero para que no se malinterprete, no nos referimos al “Aula saludable”, enfocado en el concepto “mantener su aula bien limpia, la escuela también estará limpia”. Mantener las aulas con agua y basureros adecuados; desarrollar hábitos de higiene y de aseo personal.
La organización y administración de un trabajo educativo en un programa sanitario tiene lugar cuando se asignan funciones, se conforman los equipos, se ejecutan las normas que permite realizar los planes en los lugares y en los períodos que sean necesarios.
La educación sanitaria es una ciencia de acción social. Y al mismo tiempo actúa como campaña nacional en coordinación con múltiples instituciones oficiales, descentralizadas, privadas en labor indispensable de aplicar la educación sanitaria.
La educación como instrumento para conservar, transmitir, adaptar, enriquecer y mejorar la vida política, económica, social y cultural de las comunidades, necesita la implementación del viceministerio de Evaluación y Control de la Calidad, por su amplia gama de servicios de problemas que plantea la epidemiología y las campañas sanitarias, y saneamiento, la nutrición de los pueblos, la higiene materno infantil, hasta la rehabilitación que sirve al sistema de la comunidad.
En la esfera de la salud pública, la esencia es combatir las enfermedades, la salud de la comunidad, conservar el ambiente saludable; mantener una inteligente labor de higiene de la comunidad es uno de los pilares de la educación pública.
