La candidatura presidencial del doctor Fulgencio Severino es una de las noticias más esperanzadoras de estos días. El suceso, aunque no acapara la primera plana de los grandes medios de comunicación, no deja de ser relevante en la esfera política nacional.
Fulgencio, es un hombre de izquierda, profesor universitario en la UASD e Intec, gremialista y médico con largos años de experiencia como director de la Unidad de Cardiología del Hospital Dr. Salvador B. Gautier; esas credenciales nos indican que su lucha por mejorar la calidad de vida de las personas no es cosa nueva, ni fruto de la improvisación.
Su candidatura coincide con esa ola de propuestas políticas que han llevado a la izquierda latinoamericana al poder en los últimos años. El galeno posee un discurso propositivo, pero con fuertes críticas a la privatización del patrimonio público, a los monopolios, a las empresas mafiosas que se lucran vendiendo como mercancía los derechos fundamentales y que se esconden bajo las siglas ARS y AFP.
El partido que preside, el Movimiento Patria para Todos, fue el último en ser reconocido por la Junta Central Electoral, pero es el primero y único que rechaza el dinero que entrega la Junta mensualmente a las organizaciones políticas. En más de una oportunidad, Fulgencio ha explicado que con esos recursos se podrían garantizar más pensiones o comprar los equipos que hacen falta en los hospitales dominicanos.
El doctor Severino y la gremialista Francisca Peguero, candidata vicepresidencial del MPT, han expresado su disposición de poner sus aspiraciones al servicio de una gran unidad de izquierda, si el colectivo entiende que hay otros candidatos con más méritos y posibilidades de llevar al poder a los de abajos, los descamisados, a esos que luchan incansablemente por el bien común.
Dispersión en la izquierda, un reto a superar
Toda candidatura de izquierda en República Dominicana enfrenta grandes desafíos, pues a diferencia de otros lugares, en nuestro país, esta corriente ideológica está más dividida que nunca. Las organizaciones autoproclamadas de izquierda son decenas, sin dejar de mencionar a todos los ciudadanos que no guardan afinidad con ninguna de esas siglas, pero que poseen una militancia y pensamiento marxista.
Conformar una gran alianza de izquierda y progresista, compuesta por hombres y mujeres capaces de usar los medios actuales de comunicación, sin miedo de hablar con los popis y los wawawa, dispuestos a recorrer el país de Higüey a Dajabón, sin compromiso con los grandes ricos y sectores de poder; es fundamental para que la izquierda criolla transite por los caminos que ha recorrido esa que hoy tiene el poder en muchas de las naciones de América Latina.
En una nación tan desigual, insegura, tan oprimida; cuyo diagnóstico arroja tantos males, son necesarios hombres y mujeres como Fulgencio y Francisca, un médico y una enfermera, pa’ curar el país.
Ángel García
Agarcialocutor@gmail.com
