El discurso del 27
Ciertamente por razones políticas o sentidas preocupaciones, el recién pronunciado discurso del presidente Danilo Medina en la Asamblea Nacional el pasado 27 de febrero no complació a todos, pero por ello no se le puede restar méritos.
Una rendición de cuentas no tiene un formato estándar y habiendo observado el que tradicionalmente se pronuncia en Estados Unidos, llamado “Estado de la Unión”, tampoco este ha seguido un guion preestablecido.
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Si bien es cierto que temas como la situación fiscal, el incumplimiento de la ley que establece un pacto fiscal y el subsecuente endeudamiento público no fueron objetos en las palabras pronunciadas, se hizo un repaso de cifras e índices que conducen a pensar que la economía marcha en sentido correcto, a pesar de los crecientes compromisos que se van suscitando y las presiones que ellos van ejerciendo sobre el presupuesto de la nación.
Tampoco se percibió una actitud agresiva contra la creciente inseguridad ciudadana, a pesar del anuncio de más cámaras y herramientas para documentar el crimen y el hurto.
La situación de descomposición de la fuerza pública, la cada vez mayor politización de la Justicia, su complicidad e inefectividad estuvieron ausentes, y por ello muchas inconformidades.
Lo que sí se hicieron presentes fueron anuncios de aumento de sueldos y pensiones, sobre los cuales ya veremos las reacciones del sector privado; una modificación de la Ley de Seguridad Social, pero que se acompañó del anuncio de una segunda revisión a muy corto plazo, sin indicar el camino que esta seguirá.
Nueva ley de minería, titularización de hipotecas y otras acciones que habrá que esperar el depósito de los proyectos en las cámaras legislativas para comprender sus alcances.
En fin, más de dos horas y media de informaciones y datos que debieron llevar esperanza y satisfacción, no obstante las justas observaciones de quienes no se sintieron satisfechos con el mismo.
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