El discurso a la nación
El 27 de febrero es nuestra más gloriosa fecha histórica. Nos dio, en el pasado, hace 174 años nuestra independencia; y nos colocó en el camino de los países libres de la región y el mundo.
La fecha, con el correr de los años, se ha convertido en un escenario político y social, de convocatoria nacional de los poderes que dirigen la nación.
Las expectativas están centradas en el presidente Medina. Todos los focos de la vida nacional confluirán sobre él y su discurso de rendición de cuentas que ha de dirigir a la nación.
Habrá de tocar varios temas en esa rendición de cuentas, naturalmente, pero habrá mucha atención a la responsabilidad que tiene que asumir como Jefe del Estado para que en el presente haya respuestas y podamos retomar el camino por donde debe transitar un país con apego a las leyes y el respeto a su Constitución.
El papel de un discurso a la nación siempre es trascendental, importante, abre puertas y genera un cúmulo de esperanzas.
El que nos ocupa, y que escuchará el país en horas, tiene que traducirse en decisiones sobre hechos concretos.
El pueblo dominicano espera que eso suceda; y que se produzcan con firmeza y haya una verdadera voluntad de Estado que las sostengan en el tiempo.