Santo Domingo.- Gracias al diagnóstico temprano y a los continuos avances en las opciones de tratamiento, no hay motivo para que el cáncer de pulmón mantenga su reputación de ser uno de los más mortíferos, según un experto del sistema sanitario mundial de Cleveland Clinic.
«Es un momento muy emocionante en el campo del tratamiento del cáncer de pulmón», afirma el doctor Khaled Hassan, oncólogo médico especializado en cáncer de pulmón de Cleveland Clinic. «Además de los avances en cirugía y radioterapia, en las dos últimas décadas se han producido grandes avances en la terapia sistémica, con la introducción de la inmunoterapia, la terapia dirigida y los tratamientos basados en anticuerpos junto a las opciones tradicionales de quimioterapia.»
El doctor Hassan considera el Día Mundial del Cáncer de Pulmón como una oportunidad para que la gente hable abiertamente del cáncer de pulmón y anime a las personas de riesgo a someterse a las pruebas de detección. Afirma: «tenemos que compartir el mensaje de que cuanto antes se detecte la enfermedad, más tratable es, e incluso si se detecta en sus últimas fases, hay muchas nuevas opciones de tratamiento eficaces que explorar ahora».
Centrándose en la importancia de las revisiones periódicas, el oncólogo afirma que las investigaciones indican que las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón podrían reducirse hasta en un 20% si las personas de entre 50 y 80 años con un historial de tabaquismo de 20 paquetes al año, y que actualmente fuman o han dejado de fumar en los últimos 15 años, se sometieran a revisiones anuales mediante una Tomografía Axial de Tórax (TAC) de baja dosis.
El médico especializado en cáncer de pulmón se apresura a señalar, no obstante, que los no fumadores y las personas más jóvenes también pueden padecer cáncer de pulmón, que suele estar provocado por mutaciones genéticas específicas, en contraposición al daño acumulativo del ADN causado por el tabaquismo.
Avances médicos
De acuerdo con el doctor Hassan, los avances de la oncología médica en las dos últimas décadas hacen que el tratamiento sea ahora mucho más personalizado que en el pasado. En lugar de analizar el cáncer desde una perspectiva histológica, los expertos analizan ahora la enfermedad a nivel molecular, en busca de mutaciones específicas del ADN que estén impulsando el cáncer y que puedan atacarse con fármacos específicos.
En centros como Cleveland Clinic, un equipo multidisciplinario se ocupa de los casos de cáncer de pulmón, con oncólogos médicos y radioterapeutas, cirujanos torácicos, neumólogos, radiólogos, patólogos y otros expertos en cáncer de pulmón que trabajan juntos para crear un plan de tratamiento que ofrezca los mejores resultados posibles al paciente.
Para determinar el tratamiento más adecuado, los médicos tienen en cuenta tres factores. «En primer lugar, identificaremos el tipo de cáncer de pulmón y las características moleculares de la enfermedad. A continuación, tendremos en cuenta el estadio del cáncer, desde el estadio 1, que es el localizado, hasta el estadio 4, en el que el cáncer ha hecho metástasis o se ha extendido. En tercer lugar, tendremos en cuenta la salud y las circunstancias actuales de los pacientes, por ejemplo, si son aptos para la cirugía».
Si la enfermedad se detecta pronto, en el estadio 1, y el paciente está sano por lo demás, la extirpación quirúrgica de los tumores es la opción preferida, dice el oncólogo especializado en cáncer de pulmón ya que ofrece la mejor oportunidad de eliminar todas las células cancerosas para que el cáncer no reaparezca. Según el doctor Hassan, la cirugía es curativa en alrededor del 80% de los pacientes en estadio
1. Si el paciente no puede o no quiere someterse a cirugía, lo más probable es que se le administre una forma de radiación dirigida, como la radioterapia corporal estereotáctica.
Para el cáncer de pulmón en estadios 2 y 3, la cirugía o la radiación irían seguidas de terapia sistémica, que ha experimentado grandes avances en las dos últimas décadas, dice el doctor Hassan. En el estadio 4, como el cáncer se ha extendido a otros órganos, la cirugía o la radioterapia no tendrían ningún papel, y el tratamiento sería en forma de terapia sistémica.
En cuanto a los avances en la terapia sistémica, el doctor Hassan dice que la quimioterapia fue el tratamiento de preferencia durante muchos años, pero tres avances han aumentado mucho las opciones de tratamiento. El primero se produjo a principios de la década de 2000, cuando los expertos descubrieron que muchos cánceres de pulmón se deben a mutaciones genéticas específicas. A medida que se identificaron estas mutaciones, se desarrollaron fármacos orales dirigidos a cada una de ellas, y se siguen desarrollando más fármacos a medida que se identifican más mutaciones.
El segundo avance se produjo con el desarrollo de los fármacos de inmunoterapia a mediados de la década de 2010. Estos fármacos son bien tolerados y presentan menos riesgos y efectos secundarios que la quimioterapia, por ejemplo, ya que aprovechan el propio sistema inmunitario del organismo para combatir el cáncer. «En términos muy sencillos, las células cancerosas normalmente se ‘esconden’ del sistema inmunitario, pero los fármacos inmunoterápicos trabajan para hacerlas identificables y accesibles, de modo que puedan ser erradicadas», afirma el especialista.
Los conjugados anticuerpo-fármaco (ADC) representan el tercer avance. En ellos, los anticuerpos con fármacos quimioterápicos unidos circulan por la sangre y se unen a receptores específicos de las células cancerosas. Una vez unidos, liberan la quimioterapia en la célula para destruirla. La ventaja de este método es que se dirige únicamente a las células cancerosas en lugar de exponer a todo el organismo a un tratamiento de quimioterapia.
El especialista señala que, aunque estos nuevos tratamientos, junto con los exámenes periódicos, pueden ayudar a reducir significativamente las tasas de mortalidad por cáncer, la prevención sigue siendo clave.
«Está bien documentado que muchos casos de cáncer de pulmón se deben a años de consumo de tabaco. Animar a las personas a que abandonen o no inicien nunca ningún hábito tabáquico, incluidos los cigarrillos, el tabaco de mascar, la hookah y el vapeo, reduciría sustancialmente la incidencia y la mortalidad por cáncer de pulmón», concluye.