Moisés Naim se ha convertido en uno de los grandes estudiosos del “Poder” en el siglo XXI. Sus libros y artículos son de lectura obligatoria para quienes manejan lo que influye en las tomas de decisiones. Una de sus obras más s es “El fin del Poder”, en la que deja claro que ya la “pava no pone donde ponía”.
Sin embargo, los acostumbrados a las antiguas andanzas no se han dado cuenta de que ya la soga no amarra con tanta fortaleza como antes, que los nudos se sueltan con más facilidad.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) les ha puesto la tarea difícil a las cúpulas partidarias que se acotejaban convenciones o resoluciones a su conveniencia, ignorando todos los preceptos estatutarios o democráticos que exige nuestro sistema político.
Las cúpulas de los partidos Revolucionario Dominicano y Reformista Social Cristiano fueron llamadas a capítulo, pero no queda claro que aprendieron la lección.
En el caso del PRSC parece que tendrán que seguir caminando hacia el Tribunal Superior Electoral, pero aun la reunión del Directorio Ejecutivo es cuestionada en cuanto a su composición y por tanto las decisiones adoptadas dependerán de lo que se decida sobre la validez de la membresía con la que hizo un precario “quorum”.
Pareciera que ese partido se disminuye con cada paso que da camino al derricadero electoral.