El Derecho a la Vida

El Derecho a la Vida

El Derecho a la Vida

El primero de los derechos es el de la vida. Es un derecho universal, de ahí debe partir todo. ¡De la vida misma!
En el año 2010, luego de grandes debates, fue promulgada la Reforma a la Constitución de la República en la que fueron introducidos los artículo 37 y 38 que blindan este derecho universal. Los mismos establecen lo siguiente:

• Artículo 37.- Derecho a la vida. El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte.

• Artículo 38.- Dignidad humana. El Estado se fundamenta en el respeto a la dignidad de la persona y se organiza para la protección real y efectiva de los derechos fundamentales que le son inherentes.

La dignidad del ser humano es sagrada, innata e inviolable; su respeto y protección constituyen una responsabilidad esencial de los poderes públicos.
Más claro ni el agua pura. Lo dice nuestra Carta Fundamental.

Se creía que ya era un tema cerrado, pero de nuevo aparecen las mismas organizaciones forzando a que se violente lo establecido.

Cualquier intento de introducir en el nuevo Código Penal algún artículo que vaya en contra de lo que establece la Constitución sería nuevamente inconstitucional, tal como sucedió en el año 2015, cuando el Tribunal Constitucional por acciones directas de inconstitucionalidad interpuestas por la Fundación Justicia y Transparencia (FJT), la Fundación Transparencia y Democracia y la Fundación Matrimonio Feliz contra los artículos 107, 108, 109 y 110 de la ley 550-14, que instituye un nuevo Código Penal en la República Dominicana. El Tribunal Constitucional declaró inconstitucional la ley núm. 550-14.

Nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie, además, puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados en su responsabilidad, ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo.

Este es un tiempo decisivo para la familia. La familia se enfrenta a la cultura de la muerte y del descarte. Por años hemos estado comprometidos en esta lucha enfrentando a grupos minoritarios que quieren imponer esa cultura, comprando conciencias y usando un lenguaje manipulador para sus propósitos.

Luchar por la “cultura de la vida” es un empeño en el que todos debemos sentirnos comprometidos. Se trata de que cada uno de nosotros se convenza de que está en nuestras manos decidir el futuro de nuestra nación y nuestras familias.

El próximo sábado 27 de marzo, nos reuniremos a las 9:00 a. m. en el estacionamiento del Estadio Quisqueya, para desde allí salir en caravana recorriendo varias vías de la ciudad de Santo Domingo, en un evento que hemos denominado: “Caravana Celeste por la Vida” para proclamar nuevamente y de manera contundente que República Dominicana es ProVida.

Pretender despenalizar el aborto es señal evidente de una crisis moral, que es cada vez más incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho fundamental a la vida.

Decidir quién vive y quién no vive es un ámbito que no nos compete. La vida humana, como creación debe ser cuidada, es el primero de los derechos. Es el derecho universal a la vida.

*Por César Curiel De Moya
Director Movimiento de Cursillos de Cristiandad



El Día

Periódico independiente.