
Las detenciones en las provincias fronterizas, particularmente en el centro y el norte de la línea divisoria, no cesan.
Es una crónica de todos los días con decenas de haitianos transportados hacia el país por personas que utilizan sus vehículos, lo mismo un camión que una yipeta, para empaquetar diez y hasta veinte de estos extranjeros que quieren escapar de su país por razones que todos conocemos.
Esfuerzo vano
Parece una competencia con la Dirección General de Migración, que a veces deja la impresión de que está perdiendo la batalla contra la presencia ilegal haitiana en los campos, aldeas y ciudades, de suerte que el esfuerzo de esta institución en minimizar en el país la presencia de estos extranjeros ilegales se parece al intento de llenar de agua un tinaco con el fondo agujereado.