El tráfico global de pasajeros cayó 60 % en 2020, dejando pérdidas acumuladas por US$370 mil millones.
La respuesta de gobiernos y organismos regionales no se hizo esperar.
En el Medio Oriente exportar hidrocarburos aportó recursos más que suficientes para mantener abiertas sus líneas aéreas.
Todas sin embargo, redujeron sus operaciones.
Pese a ello, Qatar Airways creció más que ninguna en participación de mercado, pasando a ser número uno del mundo por concentrarse en la carga aérea y el rescate de pasajeros varados. Por su relativa bonanza en medio de la crisis elevó a 25 % su participación accionaria en IAG, propietario de British Airways e Iberia.
Obtuvo en enero 2021 autorización para operar vuelos en código compartido entre España y RD en rutas de Iberia y entre EE. UU. y RD con American Airlines, como recomendara el estudio de factibilidad presentado en septiembre 2020.
En la UE todas las solicitudes de subsidios estatales de sus aerolíneas fueron complacidas, por un total de US$37.8 mil millones, incluyendo préstamos, garantías e inyecciones temporales de capital accionario provenientes de los gobiernos nacionales.
A cambio, las beneficiarias liberaron turnos de aterrizaje y puertas de salida en los aeropuertos donde tienen posición dominante.
Varias fusiones de aerolíneas anunciadas en 2019 para consumarse en 2020 se pospusieron por la crisis. Algunas se lo pensaron mejor y otras negociaron mejores términos.
La polaca LOT desistió de comprar Cóndor en Alemania. Air Canada renegoció los términos de compra de Air Transat, obteniendo aprobación judicial en su país y provocando la apertura inmediata de una investigación en la UE.
Preocupada por los posibles efectos de la fusión sobre los precios, la calidad y las opciones para los viajeros entre Canadá y Europa, el escrutinio de la UE hizo desistir a las canadienses, lo cual fue saludado por la comisaria Vestager.
Air Europa e IAG también renegociaron sus términos, acordando pagar US$500 millones –la mitad de lo ofrecido originalmente– a partir de 2026 y a plazos, para generar “sinergias significativas en términos de costos e ingresos”, “incrementar las opciones y la flexibilidad en los horarios”, “abrir oportunidades para el crecimiento de las rutas” y equiparar a Madrid con Amsterdam, Frankfurt, Londres y París.
Personalmente espero de la UE para este caso el mismo rigor investigativo que el demostrado para el de las canadienses.
Entre 2019 y 2020 el tráfico de pasajeros entre España y RD cayó 61 %. Pese a ello, Iberia pasó de controlar 34 % a 43 %. Por su parte, Air Europa pasó de 49 % a 48 %. Así, la compra de Air Europa por IAG para fusionarla con Iberia resultará en una posición excesivamente dominante. Si aquí tendrá 91 % del mercado, ¿cómo será en el resto de América Latina?
El impacto del Covid-19 sobre el transporte aéreo no justifica distorsionar la competencia en una ruta clave para el turismo dominicano. La UE no debe autorizar una fusión cuyos efectos ya sufrimos en 2013, cuando Air Europa duplicó el precio de los pasajes en vez de duplicar los vuelos luego de la suspensión temporal de las rutas de Iberia.