—Te amo —dijo.
La frase estaba en el libreto y el hombre la repitió tal como la había ensayado, y lo hizo mirando a la mujer con amor dramático, bajo las luces del set graduadas con una intensidad leve. Propia de la escena y su naturaleza romántica.
Los dos actores, antes, eran desconocidos entre sí. Ahora formaban juntos la pareja protagónica del reparto.
El beso tórrido formaría parte del final. El director concibió el cierre de la última escena con un beso. No sería la escena común del beso empalagoso y artificial. Había un elemento nuevo, un giro a la norma tradicional. La mujer tendría el dominio en la escena, y avanzaría con decisión hacia el hombre y lo besaría con pasión.
El director empotró cámaras para filmar la escena desde cuatro ángulos. En su momento escogería la mejor.
—¡Silencio! —ordenó el director de escenas—. Todos los camarógrafos a la altura del momento.
Los actores están en la posición indicada. Maquillados. Los labios de la diva con el mejor color para el primer plano.
En la escena, el abrazo sería un detalle sensacional.
Las cámaras filmaban de acuerdo a las órdenes previas.
Los actores toman sus posiciones y avanzan sujetos a lo que dicta el guion; y el beso se tomaría el tiempo necesario.
—¡Corten! —dijo el director, que tomó el tiempo con el cronómetro en las manos. La orden llegó en el momento indicado—. La escena de ese beso no hubo que repetirla, quedó perfecta.
El galán se dio cuenta que ella traspasó las fronteras del guion; y él tampoco se sujetó a una actuación profesional. Hubo un derroche de pasión y complicidad mutua en ese beso.
A la hora de la edición el director intercambió impresiones con el equipo y, luego de una evaluación exhaustiva, quedó convencido que pasaría a la historia como uno de los mejores besos del séptimo arte.
Nunca se lo imaginó. Mientras el reparto socializaba, la actriz principal se enamoró en silencio del galán. Esbelto, bello, con una talla abdominal increíble. Aunque eso no cuente, el director se llevó en la filmación de la película una escena de la vida real, y que, inicialmente, no contempló en el contrato, a la hora de escoger la pareja que protagonizaría la película