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El cometa interestelar 3I/ATLAS vuelve a ser visible y la NASA prepara su seguimiento de cara a diciembre

  • Los investigadores estiman que el cometa podría tener más de 7.000 millones de años, mucho más antiguo que nuestro propio Sistema Solar

Con un núcleo de unos 20 kilómetros de diámetro, el cometa interestelar 3I/ATLAS es el objeto más grande de su tipo observado hasta hoy. (NASA)
Con un núcleo de unos 20 kilómetros de diámetro, el cometa interestelar 3I/ATLAS es el objeto más grande de su tipo observado hasta hoy. (NASA)

El misterioso objeto interestelar 3I/ATLAS ha vuelto a ser visible desde la Tierra tras pasar detrás del Sol, y la NASA ha anunciado la preparación de nuevos instrumentos para seguir de cerca su recorrido, especialmente durante su máxima aproximación en diciembre.

Su reaparición marca un nuevo capítulo en una historia astronómica que mezcla rigor científico y fascinación: este cometa, procedente de otro sistema estelar, ha sobrevivido a su paso cerca del Sol y muestra un brillo más intenso que antes, un comportamiento que desafía los modelos conocidos.

Un visitante de otro sistema estelar

El cometa fue detectado originalmente por el sistema de telescopios ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) el 1 de julio en Chile. Se trata del tercer objeto interestelar identificado en la historia, tras ‘Oumuamua (2017) y Borisov (2019).

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Según cálculos de la NASA, el 3I/ATLAS viaja a más de 210.000 km/h (unos 60 km por segundo), siguiendo una órbita hiperbólica que le permitirá atravesar el Sistema Solar y regresar al espacio interestelar sin quedar atrapado por la gravedad del Sol. Su punto más cercano a nuestra estrella —el perihelio— ocurrió a finales de octubre, cuando pasó a unos 203 millones de kilómetros, dentro de la órbita de Marte.

El astrónomo Qicheng Zhang, del Observatorio Lowell (Arizona), fue el primero en fotografiarlo tras su paso detrás del Sol, captando una débil mancha azulada en el horizonte. “No se verá espectacular, solo una mancha, pero cada día será más visible”, explicó.

Con un núcleo de unos 20 kilómetros de diámetro y una masa estimada en 33.000 millones de toneladas, el 3I/ATLAS es el objeto interestelar más grande jamás observado. A principios de octubre ya había pasado a solo 28 millones de kilómetros de Marte, y en diciembre se acercará a 270 millones de kilómetros de la Tierra, sin representar ningún riesgo.

Un enigma azul que desconcierta a los científicos

Lo más sorprendente del 3I/ATLAS es su inusual color azul, más intenso que el del Sol, algo que desconcierta a los astrónomos. “Normalmente, el polvo alrededor de un cometa lo hace más rojizo, no más azul”, explicó Avi Loeb, astrofísico de Harvard.

Esa anomalía sugiere temperaturas extremadamente altas o una composición distinta a la de cualquier cometa conocido. Los análisis espectroscópicos revelaron una mezcla inédita de dióxido de carbono, cianuro y una aleación de níquel casi sin hierro, una firma química que no se ha observado antes en el Sistema Solar.

Algunos telescopios, como el Óptico Nórdico de España, detectaron además una “anti-cola”, un chorro de gas dirigido hacia el Sol, fenómeno tan raro que algunos científicos especularon —de manera muy controvertida— con la posibilidad de una maniobra artificial. Sin embargo, la mayoría de los expertos coincide en que se trata de un comportamiento físico natural aún no comprendido.

Una cápsula del tiempo cósmica

Los investigadores estiman que el cometa podría tener más de 7.000 millones de años, mucho más antiguo que nuestro propio Sistema Solar. Su composición de hielo, polvo y gases primordiales lo convierte en una auténtica cápsula del tiempo cósmica, capaz de revelar información sobre los primeros procesos químicos de la Vía Láctea.

“La composición del 3I/ATLAS ofrece una ventana al pasado de la galaxia”, explicó Laura Nicole Driessen, astrónoma de la Universidad de Sídney. “Nos ayuda a entender cómo se formaron los sistemas planetarios en entornos diferentes al nuestro”.

Driessen también recordó una advertencia clásica:

“Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. No conocer todos los detalles del cometa no significa que sea una nave extraterrestre. Solo significa que aún tenemos mucho por aprender”.

Seguimiento desde la Tierra y el espacio

En las próximas semanas, el cometa será visible desde el hemisferio norte, especialmente al amanecer. La NASA lanzó una herramienta interactiva, Eyes on the Solar System, que permite seguir su recorrido en tiempo real, mientras que el portal The Sky Live ofrece mapas con su posición exacta.

Se espera que la cámara HiRISE del orbitador marciano publique nuevas imágenes antes de fin de año, lo que podría revelar detalles sobre la textura y el brillo del cometa, así como pistas sobre su misteriosa luz azul.

Cuando 3I/ATLAS se aleje definitivamente más allá de Júpiter, a comienzos de 2026, los astrónomos esperan haber reunido suficientes datos para resolver algunos de sus enigmas. Por ahora, este viajero interestelar sigue recordándonos que el universo aún guarda secretos capaces de desafiar nuestra comprensión y despertar el asombro que impulsa toda mirada al cielo.Este artículo fue publicado originalmente en El Día

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