
Santo Domingo.- En el histórico juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, celebrado en 2018 en la Corte Federal de Brooklyn, se reveló que un dominicano conocido como “Antonio”, apodado “Toño”, estuvo al servicio del legendario jefe del Cártel de Sinaloa y recibió la encomienda de construir una pista para traficar drogas desde Venezuela hacia México.
Durante las audiencias, la Fiscalía presentó grabaciones y testimonios en los que Guzmán Loera pedía a este dominicano que consiguiera terrenos aptos para construir pistas clandestinas.
La idea era crear un puente aéreo entre Venezuela y México para transportar cargamentos de cocaína bajo la cobertura del Cártel de los Soles, organización criminal vinculada a militares venezolanos y señalada por Estados Unidos como un brazo del narcotráfico ligado al chavismo.
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Testimonios de testigos
“Consiga esa rayita (pista)… un ranchito que tenga un lugar así para que llegue el mueble (avión) del loco”, se escucha decir a Guzmán en una de las conversaciones filtradas durante el juicio.
Otro testigo, identificado como “Panchito”, confirmó que la orden era habilitar fincas con pistas para recibir avionetas cargadas de cocaína desde Venezuela, a la que en clave llamaban “el loco”, en referencia al expresidente Hugo Chávez.
Las declaraciones en la corte norteamericana apuntan a que ese “Toño” sería en realidad Antonio del Rosario Puente, alias “Toño Leña”, uno de los narcotraficantes dominicanos más notorios de las últimas décadas, con historial de vínculos con carteles internacionales y antecedentes judiciales en República Dominicana y Estados Unidos.
La conexión toma aún más fuerza al observar la ruta descrita en el juicio, ya que Venezuela se convirtió en un punto estratégico para el Cártel de Sinaloa, y los contactos de “Toño” en la región habrían sido la pieza necesaria para asegurar el transporte aéreo de los cargamentos.
El propio Departamento del Tesoro de Estados Unidos, años después, sancionó al Cártel de los Soles, acusando al régimen de Nicolás Maduro de encabezar la red que brindaba apoyo logístico a organizaciones como la de Guzmán y al grupo criminal Tren de Aragua.
De este modo, el proceso judicial contra el capo mexicano no solo destapó la alianza entre el narcotráfico mexicano y el poder político-militar venezolano, sino que también puso en primer plano la figura de un dominicano, conocido como Toño Leña, como intermediario de esa peligrosa ruta.
El testimonio conecta a República Dominicana con la geopolítica del narcotráfico en el Caribe y Suramérica, mostrando cómo, desde las pistas clandestinas hasta las altas esferas del poder político, las redes criminales tejieron alianzas que impactaron a varios países de la región.