El cerebro TikTok y el consumo de noticias
Los avances e innovaciones tecnológicas se han convertido en un gran animal de parto perpetuo que no deja de producir nuevos fenómenos y conceptos. Tal es el caso de la manifestación que ha traído vivir en un mundo donde la velocidad de los contenidos digitales supera por mucho a nuestra capacidad de atención, el fenómeno conocido como “cerebro TikTok” se ha convertido en una expresión útil para describir los cambios que se están produciendo en nuestra forma de consumir información.
Este término alude a los efectos del uso intensivo de plataformas de videos cortos como TikTok, Instagram Reels o YouTube Shorts, donde la gratificación instantánea genera una necesidad constante de nuevos estímulos visuales y narrativos. De ahí la consecuencia de que muchas personas ahora experimentan una notable disminución de su capacidad de concentración y su tolerancia a contenidos más densos o complejos. Algo muy grave para una especie como la nuestra, donde lo complejo, entre otras cosas, nos ha hecho grande.
El periodismo en shorts
En el Centro de Análisis y Estudio de la Comunicación (CAESCO), hemos observado muy de cerca el fenómeno y hemos advertido que el cerebro Tik Tok ha tocado sensiblemente al periodismo. De hecho, estudios recientes del Reuters Institute revelan que el 66% de los usuarios consumen noticias en formato de video corto cada semana, mientras que solo el 22% accede a noticias desde sitios web tradicionales. Este cambio no solo responde a las preferencias tecnológicas de los jóvenes, sino que también está moldeando nuevas formas de comprender y relacionarse con la información pública. La inmediatez, la fragmentación y la emoción se imponen sobre el contexto, el análisis y la verificación.
Este nuevo patrón de consumo plantea enormes desafíos para el periodismo y la comunicación pública. El primero es cómo captar la atención sin sacrificar la profundidad. En un entorno donde las personas deslizan sin leer, hacer que una noticia sea vista no garantiza que sea comprendida. El segundo reto es la adaptación sin pérdida de rigor. Si bien es legítimo traducir contenidos a formatos ágiles, es peligroso banalizar temas de alto impacto solo para ganar visualizaciones. Nos toca superar el 67% de los dominicanos que solo lee el titular y luego construye una idea de la realidad a partir de ahí.
El “cerebro TikTok” nos recuerda que no basta con emitir mensajes: hay que disputar la atención con sentido, con ética y con una narrativa clara. Los periodistas, comunicadores y medios están llamados a innovar, no solo en el cómo se informa, sino en el para qué. De lo contrario, el ruido se impondrá sobre el conocimiento y la apariencia sobre la verdad.
Ya los periodistas no solo andan en busca de la información, sino que ahora también les ha tocado ejercer en tiempos donde la atención es la moneda más valiosa, el gran desafío no es solo que la gente vea las noticias, sino que las comprenda y las integre a su vida como ciudadanos activos. La gran pregunta queda ¿Y la sostenibilidad económica de los medios y la responsabilidad de informar y educar, igual depende o cabe de los shorts? El contexto actual nos está gritando la respuesta.
Etiquetas
Artículos Relacionados