En la clase política no aparecen muchos líderes relevantes que quieran ponerle el cascabel al gato, pero en conversaciones privadas coinciden en que no hay condiciones para celebrar elecciones presidenciales dentro 45 días, plazo que se reducirá aun más cuando termina el extendido plazo del período de aislamiento decretado por el Poder Ejecutivo, respaldado por una declaratoria de emergencia por parte del Congreso Nacional.
Incluso, la proclama de la campaña se hizo después de que el presidente anunciara medidas especiales y a solo pocas horas de que se prohibieran las actividades públicas. La oposición ha dicho que estos no son tiempos “de hablar de otra cosa que no sea la salud del pueblo”, el Gobierno no se ha referido a las elecciones y la Junta Central Electoral solo repite que “está trabajando en la organización de los comicios del 17 de mayo”.
La Junta, luego de la posposición de las elecciones el 16 de febrero, difícilmente plantea una posposición de otros comicios; el gobierno no asumirá el discurso de que así se haga para que no se le atribuyan intenciones ocultas, y la oposición no quiere dar el paso para evitar dar sensación de debilidad.
Sin embargo, cometan sin tapujo que no hay condiciones.
También hay consenso en que cualquier posposición debe garantizar que el 16 de agosto concluya el presente período.
