El municipio de Oviedo, distante en la zona fronteriza de Pedernales, tiene la desdicha de tener que vivir en el total abandonado.
No es posible que en pleno siglo XXI sus habitantes carezcan del suministro de agua potable y aun prevalezca un negocio en la venta del preciado líquido.
Sus productores han tenido que dedicarse prácticamente a la vagancia, por la falta de financiamientos y del apoyo sostenible del Gobierno, principalmente para el abastecimiento del agua que les garantice parir la tierra como medio de supervivencia. Oviedo, uno de los municipios de Pedernales, parece no tener autoridades.
Este lugar tiene la desgracia de no contar con representación en el Gobierno y en el Congreso Nacional. A pesar de su cercanía con Bahía de las Águilas, esta demarcación tiene sus calles en permanente estado de deterioro y los jóvenes carecen de la esperanza en un mejor futuro.
El deseo de emigrar crece cada día, mientras los pocos políticos que tienen vigencia no muestran preocupación en el porvenir colectivo.
El municipio de Oviedo no tiene dolientes. El gobierno debe prestar mayor atención a la provincia Pedernales por sus encantos naturales.
