Santo Domingo.-Por su recolección indiscriminada para la elaboración de las artesanías, los caracoles arcoíris (Liguus virgineus) se encuentran en la Lista Roja de especies amenazadas, en la categoría de vulnerables.
De acuerdo a Brigido Hierro, biólogo, y Joel Espinal, técnicos del Departamento de Recursos Genéticos y de Regulación de Vida Silvestre de la Dirección de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, esta especie invertebrada, de cuerpo blando como las babosas, que se protege bajo su concha cónica ovalada, es nativa de la isla Española y la parte este de Cuba, donde le bautizaron como “caracol de caña dulce” y se registran allí unas seis variedades.
A diferencia de la generalidad de los moluscos de mar y agua dulce, los caracoles arcoíris (Liguus virgineus) son de los pocos terrestes, y se caracterizan por crear una concha en carbonato de calcio con los colores del fenómeno meteorológico que ha dado origen a su nombre común.
En el país tienen mayor presencia en la Sierra de Martín García en Bahoruco, el Parque Jaragua, Neyba y Oviedo, bosques secos y otros de transición (semi secos) donde se alimentan y viven mayormente de material vegetal y hongos microscópicos.
“En la naturaleza nada es fortuíto y ellos están ahí porque juegan un rol; aunque son de bosques secos aprovechan cualquier gota de agua para su ciclo vital, solo salen cuando las condiciones les favorecen”, comentó Hierro.
Aunque en el país, de acuerdo con Joel Alcántara, no han sido muy estudiados, se ha confirmado que sirven de alimentos a otras especies, contribuyen con la cadena biológica.
La disminución de su población está ligada a la pérdida de hábitat.
En el país existen algunas variedades, pero el arcoíris es de los pocos en su género que pertenecen a la familia orthalicidae y que por sus tonalidades llama la atención de los artesanos que lo utiliza para elaborar collares y sonajeros, entre otros accesorios.
Cultura de consumo
La recolección de este molusco, que posee dos antenas y en estas sus ojos, como también en ocasiones en la base, no está permitida, especialmente vivo. Aquí no existe cultura de consumo, aunque en otros países sí.
Casa del makey
Su concha ha sido utilizada por los makeyes o cangrejos ermitaños para proteger su cuerpo cuerpo blando, lo que significa que lo toma como su casa.