Santo Domingo.-Las poco más de 80 millas que median entre el extremo más oriental de República Dominicana y el más occidental de Puerto Rico es un espacio marítimo problemático para los Estados Unidos de América por el tráfico humano que tiene lugar a través del Canal de la Mona y el trasiego de drogas narcóticas.
Esta segunda vertiente del tráfico debiera ser suficiente para explicar el celo del gobierno estadounidense, a través de la Guardia Costera, para reducir al mínimo el éxito de los intentos.
Una nota de la Sala de Redacción en Línea del Distrito 7 de la Guardia Costera de los Estados Unidos de América, emitida anteayer, muestra, sin embargo, un tercer elemento del tráfico que tiene lugar en el Canal de la Mona, suficiente para multiplicar la presión de aquellas autoridades en minimizarlo.
La nota referida cuenta de 69 dominicanos repatriados el fin de semana pasado tras ser cogidos en intentos por ingresar en botes a Puerto Rico.
En el correlato de la información, sin embargo, se hace referencia a la cantidad de personas, y sus nacionalidades, atrapadas en un año al intentar el ingreso ilegal a la vecina isla. Este es el tercer elemento que justifica el celo estadounidense y el deber del gobierno dominicano de evitar el uso del territorio nacional por extranjeros para llegar a los EE. UU.
De acuerdo con la lista de los cogidos en el espacio marítimo entre los dos países del 1 de octubre del 21 al 30 de septiembre de este año, 444 eran haitianos, 4 cubanos, 2 ecuatorianos, 67 venezolanos, 12 uzbekos (de Uzbekistán, noroeste de Asia), 2 iraníes, un colombiano, un español y 35 de nacionalidades desconocidas.
Como se puede ver, iraníes y uzbekos proceden de regiones en las que Estados Unidos tiene relaciones conflictivas.
En el referido período de un año también fueron atrapados 1,705 dominicanos que intentaban llegar a Puerto Rico.
Esta alta cifra llama la atención, particularmente cuando se la contrasta con las del desempeño macroeconómico del último decenio, los programas de asistencia de los gobiernos y las políticas para evitar una inflación de dos dígitos.
Lo prioritario
— La gente
“La principal prioridad de la Guardia Costera es salvaguardar vidas en el mar”, dijo el capitán de navío José E. Díaz, comandante del Sector San Juan de esta organización militar. empero, cuando se examina el tráfico se llega a otras conclusiones.