Desde el Ministerio de Interior y Policía se hizo notable, en el período navideño, la voluntad de mantener dentro de los límites de las normas la operación de los centros de diversión.
A pesar de las reuniones promovidas por operadores de estos establecimientos, las restricciones de horario fueron mantenidas.
Una parte de la población se muestra dispuesta, en períodos como estos, a mantener parrandas de 24 horas.
A la tenacidad de los interesados en el levantamiento de los límites, se opuso la mostrada por la ministra de Interior, Faride Raful.
Esta funcionaria hablaba ayer de su satisfacción ante los indicadores interanuales de la violencia y la inseguridad, que de acuerdo con sus palabras, indican una reducción importante.
Ella insiste en la necesidad de ajustarse a lo que manda la ley, en vez de prorrogarla, como garantía de la paz social.
Y tiene razón.
Porque no podemos oponer intereses de sectores, o el gusto de ruidosos y parranderos, a la necesidad de quienes tienen que descansar algunas horas en las noches para salir a trabajar cada día, sea o no un período festivo.
Merece respaldo de la opinión pública la decisión de Interior y Policía de hacer prevalecer la ley. Este es el mejor de los caminos.