Tiantan nació en diciembre, cuatro años después de que sus padres murieron en un accidente.
Su caso no tiene precedentes en China y resultó en una larga y compleja batalla jurídica para los cuatro abuelos involucrados.
Todo comenzó cuando Shen Jie y Liu Xi, que habían estado casados durante dos años, decidieron congelar varios embriones para someterse a un procedimiento de fertilización in vitro (FIV).
Pero días antes de que Liu fuera sometida al trasplante, en 2013, la pareja murió en un accidente.
Los años que siguieron significaron numerosas batallas en la corte para los padres de Shen y Liu que demandaban los derechos de los embriones congelados.
Finalmente los cuatro abuelos ganaron la custodia. Pero como la gestación por subrograda es ilegal en China, los abuelos tuvieron que viajar a Laos para buscar a una madre de alquiler.
Y en diciembre de 2017 nació el bebé de Shen y Liu, un varón en un hospital en Guangzhou.
Sin precedentes
Según explica el diario Beijing News, que primero informó sobre el caso esta semana, cuando ocurrió el accidente de la pareja los embriones estaban almacenados en un hospital de Nanjing, congelados a -196 grados en un tanque de nitrógeno líquido.
En China, no existían precedentes sobre quién debía heredar los embriones congelados de una pareja.
Cuando los abuelos obtuvieron la custodia de los embriones pensaron que habían ganado la batalla. Pero poco después surgió el siguiente problema.
Los embriones solo podían salir del hospital de Nanjing si se tenían pruebas de que otro hospital los almacenaría.
Pero dada la incertidumbre legal que rodea a los embriones y óvulos que no están trasplantados, los abuelos tuvieron dificultades para encontrar otra institución médica en China dispuesta a involucrarse.
Además, como la gestación subrogada es ilegal en el país, la única opción realista fue buscar una alternativa fuera de fronteras.
Prueba de paternidad y nacionalidad
Los abuelos buscaron los servicios de una agencia de gestación subrogada y viajaron a Laos, donde esta práctica está permitida.
Pero como ninguna línea aérea estaba dispuesta a aceptar el recipiente del tamaño de un termo lleno de nitrógeno líquido que transportaba los embriones, estos tuvieron que viajar en auto.
En Laos, uno de los embriones fue implantado en el útero de la madre sustituta y en diciembre de 2017 nació el bebé.
Los problemas, sin embargo, no habían terminado. Tiantian no había nacido en Laos sino en China, pero la madre sustituta había viajado allí con una visa de turista.
Como el bebé no tenía padres que comprobaran su paternidad, los cuatro abuelos tuvieron que someterse a pruebas de ADN para establecer que Tiantian era en realidad su nieto y que sus padres habían sido ciudadanos chinos.
«Tiantian tiene los ojos de mi hija pero en general, se parece más a su padre», le dijo la madre de Liu, Hu Xinxian, al Beijing News.