El Banco Central Europeo, que se reunirá hoy, está bajo presión para frenar el avance de veinte meses del euro que ha contribuido a desacelerar la inflación a apenas un cuarto de su meta de 2 por ciento.
Entre las medidas que podría tomar Draghi está la de rebajar la tasa de interés del banco central, que se encuentra en un mínimo récord, o dejar de absorber el exceso de liquidez de su programa de compra de activos.
La moneda de 18 países bajó 0,5 por ciento frente a una canasta de nueve monedas de mercados desarrollados desde que el 13 de marzo Draghi dijo que el tipo de cambio es “cada vez más relevante en nuestra evaluación de la estabilidad de precios”.
Esto contrasta con una caída de 1,9 por ciento en el caso de yen y un aumento de 0,1 por ciento en el del dólar, según los Índices Ponderados por Correlación de Bloomberg.
“El momento para hablar ya pasó y deben implementarse medidas”, dijo ayer Neil Jones, responsable de ventas financieras institucionales de Mizuho Bank Ltd. en Londres, en una entrevista telefónica. “Las palabras no van a lograrlo. La intervención verbal es insuficiente”.
El euro se fortaleció 8,3 por ciento en el último año, interrumpiendo cuatro caídas anuales consecutivas de 2009 a 2012, según los Índices Ponderados por Correlación de Bloomberg.
Como ocurrió en todo 2013, el euro tuvo en el primer trimestre un mejor desempeño del que pronosticaban los analistas que participaron en los sondeos de Bloomberg, fortaleciéndose 0,2%, 1,3769 dólares, frente a una mediana de pronósticos de una baja de 3,2 por ciento.