El bautizo de las instalaciones

El bautizo de las instalaciones

El bautizo de las instalaciones

Hugo López Morrobel

Usted podría o no estar de acuerdo, porque la libertad de discernir está consagrada como una facultad del individuo desde en el mismo momento de su nacimiento.

En el deporte, en especial en los países subdesarrollados, se hace justicia, esa es la intención, cuando se valoran los aportes que han realizado atletas, y en honor a sus proezas se le designa instalaciones con sus nombres.

Pero al mismo tiempo, se cometen injusticias a presente y futuro, con muchos otros, con igual o más méritos, porque ya se agotaron las obras que puedan ser bautizadas en su honor.

Hace unos días, se resaltaban los méritos de Felipe Alou, como jugador y dirigente, tanto en el país como en Estados Unidos.

Pero Felipe está huérfano en su país de que se designe una instalación en su honor.
Pedro Martínez y Vladimir Guerrero, ambos inmortales, tampoco tienen canchas que lleven sus nombres. y a ese dúo se unirán pronto muchos otros con iguales méritos.

Si bien es cierto que se hizo justicia con designar estadios con los nombres de Juan Marichal, Julián Javier, Tetelo Vargas, Francisco Micheli, qué pasará con aquellos que tienen igual o más méritos deportivos.

Esa es la razón por lo que creo que es un error aunque con las buenas intenciones, seguir bautizando con nombres de atletas las instalaciones de cualquier deporte, porque cada día nacen unos con igual o más méritos que otros.

Usted puede o no estar de acuerdo, pero sería una injusticia que atletas del nivel de Pedro, Vladimir Guerrero, Albert Pujols, Miguel Diloné, Adrian Beltré, David Ortiz, Manny Ramírez y Rico Carty, entre muchos otros, se queden huérfanos. Aquí se aplica el refrán de “o ‘to’toro, o to’vaca”.



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