La experiencia del café San Alberto confirma que todos tienen los conocimientos básicos para apreciar sabores y aromas.
BOGOTÁ, COLOMBIA.-El café es una de las bebidas más universales. Cómplice de brillantes ideas, inseparable amigo de las mañanas y aliado de las largas noches de trabajo.
Sin embargo, pocos se toman el tiempo de detectar sus aromas y sabores.
Visitar Colombia y no hablar de café sería un sacrilegio. Son los principales productores de América y el único país que lo ofrece fresco al mercado de manera permanente, porque cuenta con regiones que lo cosechan 50 semanas de las 52 que tiene el año.
Y como nos cuenta Juan Pablo Villota, de San Alberto, “la diversidad del país nos permite tener diferentes perfiles de taza, pues de nuestras 32 regiones o departamentos lo cultivamos en 22 de ellas”.
De acuerdo con cifras de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, de enero a mayo, la cosecha cafetera ha sido de 5.5 millones de sacos, frente a los 5.4 millones producidos en igual lapso el año anterior. Mientras que, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las exportaciones, entre enero y abril de este año, llegaron a US$815.9 millones.
Dicho esto, en la agenda de nuestra visita -organizada por Procolombia y la aerolínea Wingo- el Bautizo Cafetero estuvo en primer lugar.
La meta fue despertar nuestros sentidos con la experiencia cafetera de San Alberto y para ello nos certificaron como “Maestro catador de café San Alberto”.
Durante casi dos horas, Juan Pablo nos enseñó, en su tienda de Usaquén, a apreciar y a disfrutar los atributos del café en un recorrido sensorial, donde nos habló del producto colombiano, proceso de producción y materias primas, acompañados de ejercicios olfativos y gustativos.
El ritual
Luego de la teoría llega la práctica. El primer paso es identificar sabores: dulce, amargo, salado y ácido. Ejercicio que se torna complejo cuando se debe identificar en qué parte de la lengua se detecta cada uno de ellos.
Lo siguiente fue identificar los grupos aromáticos (terroso, frutal, maderoso y floral, etcétera), y el producto que la mente evoca al olfatearlo, como la miel de maple, durazno o chocolate.
El final llega con una cata con diferentes técnicas: Chemex, cono de goteo y sifón de vacío. Al finalizar, concluimos que “jamás volveremos a tomar una taza de café corriente”.
San Alberto
—1— Origen
Este café premium, de las tierras de Buenavista, Quindío, es resultado del proceso de la Quíntuple Selección.
—2— Reconocimiento
El café más premiado de Colombia cultiva dos especies, Caturra y Castillo Paraguaisito.