Al hacer una reflexión sobre el origen de los bancos centrales a escala global se logra entender que estas entidades han jugado un rol muy importante en lo que ha sido el desempeño de la economía a través del tiempo.
En su libro historia de los bancos centrales, Stephen Mitford destaca que estas entidades surgieron para ser uno de los principales pilares de la economía, al tiempo de que su creación siempre procuraba agrandar el poder financiero del Estado y ser una herramienta poderosa para que los gobiernos tuvieran capacidad para incidir en la regulación de la economía.
También en su obra historia económica mundial, Francisco Comín resalta que los bancos centrales surgieron en Europa a mediados del siglo XVII con la aparición del banco de Suecia en 1668, sin embargo, en 1694 es que realmente estas entidades adquieren la característica de ser banco emisor con la creación del banco de Inglaterra.
Pues resulta que para la época Gran Bretaña se encontraba enfrascada en una situación bélica dilatada frente a Francia, lo que, ante la necesidad de dinero para financiar el Estado en su afán por la guerra, obligó al Rey Guillermo III a conciliar con banqueros y comerciantes para que el banco de Inglaterra se convirtiera en un banco emisor, iniciándose así el surgimiento de los bancos centrales y su rol en la economía, así como el perfil del endeudamiento público.
Con el banco de Inglaterra como emisor, se iniciaba la era en que a este le correspondía organizar el otorgamiento de crédito al Rey y su nuevo rol para emitir billetes sin
respaldo en oro y plata. Por igual, a partir de este acontecimiento una gran mayoría de gobiernos han apelado al apoyo de las entidades financieras para regular la economía y procurar que esta opere bajo la estabilidad macroeconómica e incidir de manera determinante en la configuración de un panorama económico amigable y armónico ante los desafíos que plantea la situación económica y la innovación tecnológica hasta la actualidad.
En el contexto de lo planteado, los bancos centrales han logrado jugar rol decisivo en la economía colocándose como la columna vertebral del sistema monetario y financiero de un país y contribuyendo con el desarrollo económico ya que, al tener el monopolio de la emisión monetaria, han quedado facultados como prestamista de última instancia por cuestiones de solvencia.
Por tales razones, sobre los bancos centrales recae la responsabilidad de ser órgano ejecutor de la política monetaria y gestionar las eventuales fluctuaciones económicas, con la finalidad de lograr la estabilidad de precios mediante la relajación y restricciones de la oferta monetaria, y esto es lo que le ha dado el calificativo de autoridad monetaria.
Para los bancos centrales resulta fundamental preservar la estabilidad monetaria y construir un ambiente de confianza en el signo monetario nacional, subordinándose a
dos elementos esenciales; la estabilidad de precios y la estabilidad financiera. Lo anterior significa que al tratarse de la estabilidad precios hace referencia a que el nivel general de precios no sufra alteraciones consideradas y que su comportamiento sea predecible en el tiempo sin perjuicio de la pérdida del poder adquisitivo, mientras que la estabilidad financiera hace referencia a que los precios de los activos financieros reflejen la realidad del mercado de manera equilibrada entre demandantes y ahorrantes de recursos financieros.
Un denominador común entre los bancos centrales es que son entidades de carácter publicas cuya mayor responsabilidad es la de ejecutar la política monetaria con los objetivos de estabilidad de precios y estabilidad del sistema financiero, que ha de reflejarse en el fortalecimiento de la moneda local. En su fase evolutiva hasta la actualidad, los bancos centrales, a escala global los bancos centrales han dado un gran salto y fortalecimiento institucional de tal magnitud que han logrado mayor autonomía para liderar su política monetaria, fruto de que ya no actúan como soporte de crédito al gobierno ni administradores del endeudamiento público.
En el caso del banco central de la Republica dominicana los avances en la autonomía del banco central han estado en la misma dirección de lo que ocurre en los bancos centrales del mundo, como resultado de un marco jurídico-constitucional establecido en la Ley No. 183-02 y sus reglamentos, así como consagrado en la Constitución del 2010.
En efecto, en el espíritu del artículo 225 del texto constitucional dominicano es que por primera vez se reconoce la existencia y autonomía del banco central, lo que en la realidad se convierte en el mayor avance cuantitativo y cualitativo, por tanto, se puede aseverar que esta entidad ha logrado el mayor rango normativo viable respecto a una parte importante de su funciones y estructura.
Bajo el enfoque expuesto se puede resaltar que, con el texto constitucional dominicano del 2010, se ha establecido que el Banco Central es un órgano de relevancia constitucional, es decir, instituido directamente como parte de un órgano constitucional ya que la jerarquía constitucional ha sido concedida a la Junta Monetaria. Lo anterior significa que las actuaciones del banco central se rigen por lo institucional, en la inteligencia de que la incidencia política y simbolizada en la persona quedan excluidas.