El amor y su cauce natural

El amor y su cauce natural

El amor y su cauce natural

Dilenia Cruz

No es raro ver parejas e incluso familias que viven situaciones caóticas en las cuales pareciera no hay amor. Es frecuente verlos en una lucha constante como si no existiera amor.

Pero, qué tal si aceptamos que “hay amor allí pero que él mismo no está expresado, vivido y percibido de un modo comprensible y agradable por quienes forman parte de esa relación”.

“El amor es como el agua, que sin un cauce o un recipiente que lo contenga, se desparrama. Hay tres leyes que le dan ese orden, ese cauce, esa contención al amor, para que fluya, riegue la tierra y la fructifique en vez de perderse”, afirmó Bert Hellinger, creador de las terapias de constelaciones familiares.

¿Qué tal si esos amantes o grupos familiares encontrarán una fórmula que les pueda ayudar a percibir y expresarse mutuamente ese amor en un modo comprensible y agradable?

Si, esa fórmula existe, fue establecida por Hellinger, quien aseguraba que “el amor no es suficiente para el éxito y la felicidad en la vida, el amor no basta”, de ahí que propusiera los órdenes del amor como fórmula que gestione ese amor.

Tres postulados: pertenencia, todos tienen derecho a pertenecer. La exclusión de uno de los miembros crea desorden y desequilibrio.

Orden y jerarquía: en la pareja, la familia, la empresa y todo sistema debe respetarse el orden y la jerarquía. Cada uno tiene un lugar determinado en su familia de origen, en su familia actual e incluso en su trabajo.

Cuando sales del lugar que te corresponde cargar algo que no te pertenece y se crea desbalance. Vuelve a tu lugar.

El tercero es el equilibrio entre el dar y el tomar. “Está al servicio del intercambio en nuestras relaciones. Tan pronto como tomamos o recibimos algo de alguien, nos sentimos obligados a darle algo también, algo equivalente”.



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