El Día 
No tienes que hacer nada para que te amen.
No tienes que actuar, ganar una medalla y nadie tiene que atestiguar que hiciste una buena obra.
Luego de leer esta frase en el libro de Mark Nepo, Un libro para renacer cada día, pensé simultáneanmente en las tantas veces que he visto y escuchado a personas decir: no soy nadie para que me quieras, o en las tantas que piensan que, porque tienen cosas o dinero, son merecedores del amor de otros.
Sin embargo, la vida me ha mostrado que no debe ser así. En mi corazón y en mi pensamiento sé que no importa lo que logre, lo único que importa es lo que soy y como trato a los demás.
También sé que lo único que importa es cuánto me esfuerzo, porque el amor y la sinceridad nacen de ese esfuerzo.
Aprender que los otros no se sienten decepcionados de que seamos lo que somos resulta un poco difícil para algunos, pues no logran asumir que quien ama de verdad ama lo que eres, no lo que puedes llegar a ser.
No tenemos que hacer nada para que nos amen, y ser quienes somos no debe ser decepcionante para los demás. Si logramos entender esto podremos establecer relaciones más sinceras y duraderas.
Debemos aprender a dejar de lado a quienes nos aman por lo que ellos quieren que seamos, no por lo que somos. Recuerda: sólo sé quien eres y ama lo que tengas enfrente. Si no nos amamos no podremos amar a otros.
