El amor influye directamente en la salud de cuerpo y cerebro, así como en alargar la esperanza de vida. Así lo deja claro la Asociación Española del Corazón.
Los vínculos afectivos que tenemos con parejas, amigos y familiares, mejoran la presión arterial, y a reducir los factores psicológicos de riesgo tales como: ansiedad, estrés y depresión.
El entorno afectivo también ayuda a mejorar la respuesta ante tratamientos de enfermedades como el cáncer, la diabetes o las cardiopatías.
Según un estudio de la World Heart Federation, las personas con fuertes lazos afectivos mejoraron entre dos y cuatro veces su capacidad para reponerse de la enfermedad de la que estaban siendo tratados.
El amor es positivo para la salud y podría estar relacionado con el hecho de que, durante la fase del enamoramiento, el cerebro segrega hormonas como la oxitocina, la dopamina o la adrenalina, que protegen el sistema cardiovascular.
Por el contrario, otras investigaciones han demostrado que las personas con problemas sentimentales cuentan con una menor defensa cardiaca, es el caso del estudio “Marital Stress Worsens Prognosis in Women With Coronary Heart Disease”, llevado a cabo por el Instituto Karolinska de Estocolmo y que estudió a 600 mujeres de entre 30 y 65 años.
Según destaca el doctor García Fernández, “el estudio fue esclarecedor y sorprendente, ya que se demostró que las mujeres con matrimonios muy estresantes tenían tres veces más riesgo de sufrir algún ataque cardiaco que las mujeres que vivían con una buena relación con su pareja”.
La investigación concluyó que el estrés en el matrimonio provoca una progresión de la arteriosclerosis coronaria, con un aumento de la inestabilidad de las placas ateroescleróticas que favorecen la aparición de complicaciones cardiacas. Las ideas del artículo están tomadas de portal de la Asociación Española del Corazón.