El reciente acuerdo al que llegaron los empresarios y el Gobierno con los sindicalistas para incrementar el salario mínimo a los empleados del sector privado, se puede decir que ha sido la negociación menos incidentada entre los involucrados, porque siempre se les hacía difícil la conciliación debido a que unos no aceptaban lo que se les ofrecía y otros se negaban a aceptar lo que les proponían.
En esta ocasión se vio a un sector empresarial más consciente de la situación y en la disposición de llegar a un acuerdo, como en efecto se hizo, aunque se transaron en 19 % de 35 que solicitaron los representantes vitalicios de los trabajadores, y como decía Pepe Abreu, los empresarios saben manejar sus empresas, y por eso aceptan pactar con la oferta que mejor se ajuste a sus posibilidades. Poco o mucho, no le dieron largas.