El cerrador de los Cleveland Guardians, Emmanuel Clase, y Luis Ortiz fueron acusados formalmente el domingo, pero sus abogados siguen proclamando su inocencia.
Ante la noticia de que sus carreras en el béisbol profesional podrían haber terminado, el agente de Clase, Michael Ferrara, defendió a su cliente. “Emmanuel Clase ha dedicado su vida al béisbol y ha hecho todo lo posible para ayudar a su equipo a ganar”, decía el comunicado. “Emmanuel es inocente de todos los cargos y espera demostrar su inocencia ante el tribunal”.
El domingo, se publicaron numerosos informes que indicaban que Clase y Ortiz habían sido acusados formalmente por la fiscalía de Brooklyn por varios cargos relacionados con un plan para amañar apuestas sobre lanzamientos en partidos de la MLB.
La acusación contra ambos se centra en el hecho de que los lanzadores lanzaban intencionalmente bolas y strikes. Los apostadores podían entonces apostar sobre qué lanzamientos serían y, conociendo los lanzamientos de Ortiz y Clase, ganar dinero con la apuesta.
Supuestamente, Clase recibió un soborno de 12.900 dólares para llevar a cabo este plan. Sin embargo, esa cantidad de dinero no es nada comparada con lo que habría ganado con los Guardians.
En 2025 tenía previsto ganar 4.900.000 dólares, seguidos de 6.400.000 dólares en 2026. La directiva también tendría la opción de mantener a Clase en el equipo por 10.000.000 de dólares en 2027 y 2028.
Junto al abogado de Clase, el de Ortiz también emitió un comunicado afirmando que Ortiz "nunca ha influido indebidamente en un partido, ni lo haría jamás".
Si son declarados culpables de todos los cargos, ambos podrían enfrentarse a hasta 65 años de prisión.
"Los cargos de la acusación son meras alegaciones y los acusados se presumen inocentes hasta que se demuestre su culpabilidad", se lee en los documentos del caso.
De ser declarados culpables, cada acusado enfrenta una pena máxima de 20 años de prisión por el cargo de conspiración para cometer fraude electrónico, 20 años de prisión por el cargo de conspiración para cometer fraude electrónico por privación de servicios honestos, cinco años de prisión por el cargo de conspiración para influir en eventos deportivos mediante soborno y 20 años de prisión por el cargo de conspiración para lavar dinero.
Clase y Ortiz se encuentran en licencia remunerada no disciplinaria desde julio, tras el inicio de la investigación.