Por primera vez en más de 127 años en los Estados Unidos un candidato que fue presidente en el pasado, el número 45 del 2017 al 2021, repite de nuevo como el número 47.
Este es Donald Trump, quien será presidente de nuevo del 2025 al 2029. Este hecho tan significativo, y que en nuestro país fue logrado también por Joaquín Balaguer y Leonel Fernández, enmarcará un período de tiempo en el cual la nueva administración Trump tendrá impacto sobre nuestro país y las actividades empresariales.
Tomando como premisa sus enunciados de políticas públicas podemos deducir algunas de las repercusiones para nuestro país. Comenzando por su posición sobre las tarifas aduanales.
En su campaña presidencial anunció que establecería impuestos sobre las importaciones entre un 10 y 20 por ciento y en el caso de China (RPC) hasta un 60 %. Esta actitud proteccionista podría ser una oportunidad y amenaza a la vez para República Dominicana.
Una serie de mayores tarifas aduanales representa una invitación para el aumento de actividades “nearshoring”, o sea, la reubicación de empresas extranjeras hacia nuestro país, principalmente en zonas francas, para servir al mercado norteamericano.
Pero también es de tener mucha precaución en cuanto a si esas exportaciones representarían una amenaza para el productor norteamericano que pudiera provocar represalias. Debemos vernos en el espejo de México, que ya recibe mucha presión comercial de parte de Trump.
La política de pacificación de los conflictos en Ucrania y Medio Oriente nos traerá beneficios en cuanto a la estabilización de los precios de los hidrocarburos, elemento de gran incidencia en el costo de la vida del dominicano. Esto a su vez podría permitir al Gobierno dominicano reducir o eliminar el subsidio que actualmente se le concede a los hidrocarburos, mejorando con ello las finanzas públicas.
Hay un sin número de otras políticas como las migratorias, medio ambientales, impositivas, viviendas, educación y salud que tendrían efectos más bien indirectos para nuestro país.
Saludemos pues la nueva administración por venir con el 2025 y confiemos que el bullicio de la recién terminada campaña electoral norteamericana sea remplazado por la razón, mesura y el accionar en pro del bienestar colectivo.