Se denomina barrilito la maniobra que se inventaron los senadores de la República para echarse en los bolsillos millones de pesos mensualmente, aparte de sus sueldos nominales.
Al aprobarse en ambas cámaras legislativas la llamada Ley de Salarios, que entre otras cosas prohíbe que los funcionarios públicos se adjudiquen en su propio beneficio sumas más allá de sus sueldos, el barrilito quedó intacto. ¿No es eso una gigantesca inmoralidad?
El barrilito echa por tierra lo poco bueno que pueda tener la Ley de Salarios.
El barrilito es una vergüenza nacional.
El barrilito es un insulto a la sociedad.
El barrilito es una infamia.
El barrilito es una canallada.
El barrilito es una indecencia.
El barrilito se burla de la Constitución.
¿Se siente usted representado o representada por sujetos que se aprovechan así del erario y se quedan como si tal cosa? Yo tampoco.