Un pueblo que no conoce su historia está condenado a cometer los errores del pasado; y el pueblo dominicano, que conquistó a un precio alto su democracia, tiene que seguir trillando los caminos de la libertad plena y el desarrollo.
La observación es justa, y tiene que ver con el ensanchamiento de la agenda de conmemoraciones que viene implementando la Comisión Permanente de Efemérides Patrias sobre hechos históricos de primer orden, y que ordinariamente no se tomaban en cuenta en el pasado.
La institución celebró ayer, en un acto solemne, el 98 aniversario de la Desocupación Militar Norteamericana del país. Hecho oprobioso que se extendió desde 1916 hasta 1924; y que en cierta forma se convirtió en la Restauración por segunda vez de la independencia y soberanía nacional.
El pasado del pueblo dominicano está lleno de hombres y mujeres que emprendieron, a una corta edad, hechos heroicos, sin medir consecuencias o peligros —y el periodo de 1916 a 1924 está marcado por muchos hechos de gran valentía y retos—. Muchos dominicanos, incluso, desde 1844 ofrendaron el mejor tesoro: su vida, en beneficio de la libertad.
De manera que la Comisión Permanente de Efemérides Patrias hace importantes aportes en valores para que las nuevas generaciones conozcan el precio que se pagó por la libertad que tenemos hoy.
Así, con conocimiento de causa, sabrán defender el presente y trabajar por un futuro promisorio, y que a la vez contribuya a consolidar las estructuras de un Estado donde haya un respeto pleno, absoluto y firme a los derechos humanos.