EEUU no volverá a los confinamientos pese a la subida de casos de covid-19

EEUU no volverá a los confinamientos pese a la subida de casos de covid-19

EEUU no volverá a los confinamientos pese a la subida de casos de covid-19

Washington.- Las autoridades sanitarias estadounidenses negaron hoy que vayan a volver a imponer confinamientos en el país, pese al aumento de casos de covid-19, especialmente en Florida, y el retorno a las mascarillas en interiores.

En una entrevista televisada en el programa «This Week» del canal ABC, el principal epidemiólogo del Gobierno de Estados Unidos, Anthony Fauci, dijo que no cree que vuelvan a producirse confinamientos porque ya hay «un porcentaje suficiente de gente vacunada para que no tengamos que volver a la situación del pasado invierno».

El epidemiólogo, sin embargo, lamentó que la cifra de vacunados «no es suficiente para aplastar el brote» e hizo el enésimo llamamiento de las autoridades estadounidenses para que los aproximadamente 100 millones de personas que pueden recibir la vacuna y no lo han hecho aún, la reciban.

«Las cosas se pondrán peor», advirtió Fauci, que citó la subida del número de casos de covid-19 por la variante Delta en los últimos siete días.

El sábado, Florida, el tercer estado más poblado del país, registró 21.638 casos nuevos de la covid-19, la cifra más alta desde que se inició la pandemia, en marzo de 2020, según informó el Departamento de Salud del estado a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de EE.UU.

El récord diario anterior estaba en los 19.334 casos anunciados el 7 de enero de 2021.

El promedio de casos nuevos diarios confirmados en los últimos 7 días es de 15.818 en Florida, que actualmente es el epicentro de la enfermedad en EE.UU.

El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, conocido por su oposición a la política de los CDC y del propio Fauci, al que acusa de querer imponer una «distopía», no ha tomado medida alguna para hacer frente al repunte de la pandemia en el estado.

El pasado 27 de julio, las autoridades sanitarias de Estados Unidos dieron marcha atrás y recomendaron que los vacunados vuelvan a llevar mascarilla en interiores en la mayor parte del país, además de en las escuelas.

Dos meses y medio después de aconsejar a quienes habían recibido el esquema completo de las vacunas contra la covid-19 que fueran sin mascarilla la mayor parte del tiempo, incluso en interiores, los CDC cambiaron sus directrices.

«Llevar mascarilla va a tener que ser parte de la vida de las personas que ya han sido vacunadas», dijo la directora del organismo, Rochelle Walensky, en una rueda de prensa telefónica.

Las nuevas directrices de los CDC, que no tienen carácter imperativo sino que son solo recomendaciones, indican que las personas completamente vacunadas deberían llevar mascarilla «en lugares públicos e interiores» si se encuentran en zonas con índices «altos o notables» de contagios de covid-19, explicó Walensky.

Casi dos tercios de los condados de Estados Unidos -el 63 %- cumplen esas características, incluidos algunos estados completos, como Florida, Luisiana y Arkansas.

El pasado 29 de julio, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció que obligará a todos los trabajadores de su Gobierno a demostrar que están vacunados si no quieren someterse a tests regularmente, y no descartó que pueda imponer en el futuro un mandato de vacunación a nivel nacional.

Biden también pidió al Pentágono obligar a vacunarse a todos los militares del país.

«Vamos a pedir a todos los empleados del Gobierno federal que demuestren su certificado de vacunación», dijo Biden durante un discurso en la Casa Blanca.

Quienes no proporcionen ese documento deberán llevar una mascarilla al trabajo y someterse a tests de covid-19 de forma semanal o incluso dos veces por semana; además de mantener distancias físicas y tener prohibido, en general, participar en viajes oficiales, explicó el presidente.

La medida se aplicará a los más de 4 millones de trabajadores federales en Estados Unidos y el resto del mundo, y se adoptarán estándares similares para todos los contratistas de la Administración, según la Casa Blanca.