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Educación y ética ciudadana

Patricia Arache
📷 Patricia Arache

A pesar de situaciones que generan profundo malestar, como los feminicidios; la violencia y agresión sexual contra niños, niñas y adolescentes, y la indulgencia hacia quienes, por su rol espiritual deberían guiar con el ejemplo, pero terminan causando daño, surgen destellos de esperanzas que iluminan, en forma tenue, pero con firmeza, la oscuridad del túnel.

Dos disposiciones emanadas del Consejo Nacional de Educación, propuestas por el ministro de Educación, Luis Miguel De Camps, justifican la esperanza de que puede resurgir de sus cenizas, como el ave Fénix, la muy vapuleada, cuestionada y hasta ultrajada educación dominicana.

Se trata del anuncio del Ministerio de Educación (MINERD) de que los niños podrán comenzar en este mismo año lectivo 2025-2026 a ingresar a la escuela a partir de los 3 años de edad y no desde los cinco, como hasta la fecha, lo cual se perfila como una importante política pública del actual gobierno, encabezado por Luis Abinader.

Es alentador que en RD se hable de adelantar el comienzo del arranque formal del proceso enseñanza-aprendizaje en un tiempo, en el que ahora los niños vienen con un celular, una computadora y mil apps, debajo del brazo, con lo que se busca incrementar en un 30 % la matrícula de la educación inicial en el país, de acuerdo a las proyecciones del ministerio.

También el hecho de que, a la educación dominicana, pública y privada, vuelva la materia Moral y Cívica, acompañada ahora de la formación en Ética Ciudadana, es una decisión que habrá de impactar, sin dudas, al alumnado nacional, carente hoy de prototipos y de referentes para incorporar en sus actuaciones prácticas de bien hacer y de buena ciudadanía.

De acuerdo a la información, la materia Moral, Cívica y Ética Ciudadana estará en todos los niveles, tanto en escuelas públicas como en los colegios privados y ya los libros están en producción, y los profesores tomarán unas clases que les permitirá promover el pensamiento crítico, los valores democráticos y la identidad nacional desde las aulas.

El Padre de la Ética Ciudadana en el país, el presidente Ulises Francisco Espaillat, (29 de abril- 5 de octubre 1876) estaría de pláceme con la noticia de que los niños y jóvenes de Quisqueya recibirán información y formación sobre un aspecto de la vida que él predicó con una práctica impoluta y responsable, en un contexto donde muchos buscaban gobernar para acumular privilegios, mientras él gobernó para dignificar la política.

Fue Espaillat quien promovió la transparencia y la rendición de cuentas en la administración pública, buscó consolidar el estado de derecho y el cumplimiento de las leyes, impulsó la creación de escuelas y la formación de maestros como base para el desarrollo nacional y fomentó espacios de diálogo y consulta para involucrar a la población en decisiones gubernamentales.

Aunque permaneció por apenas cinco meses en un Estado en bancarrota, y en medio de grandes confrontaciones políticas, su reciedumbre y compromiso ético lo catapultaron como el símbolo de honestidad que es hoy por hoy.

Su vida pública fue un ejemplo de decoro, transparencia y servicio desinteresado.
Promovió la descentralización administrativa y el fortalecimiento de las instituciones.
En su honor, el Día Nacional de la Ética Ciudadana se celebra cada 29 de abril, fecha en que asumió la Presidencia.

Es una idea sensacional, genial, oportuna y futurista comenzar a crear ciudadanía desde la niñez, a crear conciencia sobre la ética y sus repercusiones para que, quizás dentro de algunas décadas, República Dominicana se encuentre de frente marchando con el pecho erguido y sin vergüenzas hacia un mundo mejor.

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