La pandemia del covid-19 consolidó la educación a distancia en República Dominicana

Santo Domingo. – Era marzo de 2020 cuando la realidad de todos en República Dominicana cambió. El país, al igual que el resto del mundo, tuvo que enfrentar las consecuencias del covid-19, una enfermedad desconocida que obligó a imponer medidas para frenar los inminentes contagios.
Cerrar las escuelas y adoptar la virtualidad fue una de las políticas adoptadas por las autoridades para prevenir las infecciones por el virus; en momentos, en los que el sistema educativo no estaba completamente preparado.
Sólo algunas universidades y centros educativos privados habían dado el paso a la educación a distancia previo a la pandemia del covid-19, lo que conllevó a una mayor inversión estatal para que las escuelas públicas y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) estuvieran al mismo nivel.
De eso han pasado ya cinco años, y las clases virtuales tanto a nivel primario, como en el secundario y superior, son una realidad; a pesar de que todavía persiste una brecha de conectividad a internet entre las zonas rurales y urbanas.
Según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar-2024), en el país solo el 58.3 % de las viviendas a nivel nacional tiene servicio de internet, sobre todo, donde el jefe del hogar es una mujer.
De acuerdo a la investigación de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el 60.8 % de los hogares al frente de una fémina puede acceder a la web, mientras que en las familias cuya cabeza es un hombre, solamente el 56.3 % puede hacerlo.
Sin embargo, aunque aún existen desafíos, las clases a distancia han permitido la continuidad de formación de muchos jóvenes, tanto de padres de familia, como de aquellos que trabajan para colaborar con las responsabilidades del hogar.
Tal es el caso de María Mendoza, estudiante de Psicología Industrial en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), quien ha aprovechado las clases a distancia para no abandonar sus estudios por razones laborales.
“Tengo un horario de trabajo muy difícil; a veces entro a mi turno en la mañana, pero también lo puedo hacer en la tarde, por eso me es difícil tomar clases presenciales”, expresó la también madre de un niño.
La primada de América define su plataforma de clases a distancia, como un “espacio de aprendizaje moderno que combina excelencia académica, tecnología y flexibilidad para garantizar una educación de calidad y ofrecer oportunidades de estudio en las modalidades virtual y semipresencial”.
Asimismo, sostiene que está diseñada para fomentar un aprendizaje colaborativo y constructivo en los estudiantes.
La UASD cuenta con un espacio exclusivo de docencia a distancia para carreras de grado, donde se imparten asignaturas en modalidad virtual y semipresencial para diversos estudios. Asimismo, dispone de una plataforma específica para postgrado, diseñada para impartir los programas de cuarto nivel y cursos de educación continua.
Además de la universidad estatal, otra institución de educación superior que ha implementado el aula virtual, es la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm), que ofrece más de 35 mil cursos al año de grado y posgrado. También el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), y la Universidad Iberoamericana (Unibe).
La educación virtual, híbrida o a distancia, también está disponible en la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa), la Universidad Pedro Henríquez Ureña (Unphu), la Universidad Apec (Unapec), y la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD).
Esta modalidad de clases suele ser utilizada en su totalidad por las universidades para no afectar la docencia ni los procesos administrativos, cuando el país está bajo emergencia, como por el paso de un huracán o tormenta por el territorio nacional.
De hecho, el exministro de Educación, Roberto Furcal, ha propuesto a las autoridades adoptar la educación virtual en las escuelas para permitir la continuidad del año escolar, cuando se presenten eventos climáticos que, entre sus consecuencias, impidan el desplazamiento de estudiantes y docentes a los centros educativos.