Edificaciones en altura son el ‘talón de Aquiles’ de las alcaldías

Edificaciones en altura son el ‘talón de Aquiles’ de las alcaldías

Edificaciones en altura son el ‘talón de Aquiles’ de las alcaldías

La Anacaona es única zona donde edificios cuentan con parque y áreas verdes. ElieSer Tapia

SANTO DOMINGO.-El indetenible crecimiento vertical que por décadas viene registrando el Gran San Domingo, y en particular el Distrito Nacional, se ha convertido en el ‘talón de Aquiles’ de los ayuntamientos, que por sí solos no pueden lidiar con la alta densidad que registra el territorio.

Esa situación se traduce en un caos permanente, dados los tapones vehiculares, deficiencia de servicios básicos como agua, inseguridad ciudadana, iluminación y escasez de áreas verdes para la sana convivencia.

Falta de parqueos son de los problemas que acarrea edificios.

Basta recorrer la ciudad para constatar como las viviendas unifamiliares quedan cada vez más ‘atrapadas por la altura’ de grandes edificaciones en sectores exclusivos de la ciudad.

Hacinamiento
Entre las zonas con más concentración de torres o condominios figuran Piantini, Evaristo Morales, Serrallé, Naco, El Millón, Urbanización Fernández, Bella Vista, La Esperilla y El Vergel, seguidos por Ensanche Quisqueya, además de Los Cacicazgos específicamente en la avenida Anacaona.

Igual se registran construcciones ilegales de 3, 4 y hasta 5 niveles de alturas en áreas periféricas que atenta contra la seguridad de la gente ante posibles desastres naturales, las cuales aumentan frente a la mirada indiferente de las autoridades.

El tema es complejo e intervienen varias entidades, y la vista de todos, se refleja la falta de voluntad y coordinación para enfrentarlo.

El fenómeno rompe con la visual urbana y hace que se pierda el orden ya que se aprueban niveles en calles secundarias y estrechas que antes eran para uno o dos niveles y provocan arrabalización de los entornos.
Esa situación genera conflictos entre vecinos, y se pierdan ‘encantos’ de viejas urbanizaciones incluidas fachadas coloniales.

Ante la falta de supervisión y controles por parte de las Direcciones de planeamiento urbano, para que constructores se ciñan a los diseños que les aprueban, estos aprovechan para añadir niveles no incluidos en sótanos y azoteas de edificios.

El crecimiento vertical en Cristo Rey y demás barrios similares no cuenta con supervisión.

Estrechez de vías
Frente al cambio de uso de suelo y auge de edificaciones de hasta con 41 niveles, altura máxima que registra la torre más alta de la ciudad en la avenida Anacaona se han concebido en espacios donde habitaban una o dos familias que contaban por lo general con dos vehículos y hoy son ocupados hasta por más de 50 y 100 familias en bloques que no cuentan con estacionamientos para estas ni las visitas, en cambio las vías no fueron diseñadas para soportar el tráfico que reciben.

Preocupación
Profesionales del área de la construcción expresan preocupación por los problemas que visualizan y el impacto de ese crecimiento desorganizado que afecta a los comunitarios con la pérdida de su privacidad, daños a la salud ante la contaminación por monóxido y sónica registrada en diversos casos.

“Uno de los efectos de este problema se puede apreciar en la gran cantidad de vehículo circulando en calles de ancho limitado y sin la planificación vial correspondiente”, externó Wascar Herrera, coordinador de cátedras de la carrera de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Citó la disposición final de las aguas residuales que dañan el manto acuífero con el uso de las cisternas y los pozos filtrantes para el abastecimiento del líquido en las condominios familiares.

El experimentado ingeniero civil, sostiene que el crecimiento vertical en zonas no planificadas también contrasta con los usos anteriores de dicha zonas con la presencia de talleres, ferreterías, tiendas, y todo tipo de actividades debido a indefiniciones en el uso del suelo por parte de los ayuntamientos en algunos casos.

Valor inmuebles
“A eso se añade la mala disposición de la basura, que arrabaliza los sectores residenciales puesto que las construcciones no siempre dejan espacios para los desechos”, insistió Wascar Herrera.

Esos factores, junto a la contaminación de vehículos, colmadones en áreas inadecuadas además afecta la convivencia familiar y el valor de los inmuebles, que se pierden ante la deficiencia de los servicios, aún cuando tratándose de espacios privilegiados, a su juicio el Estado debe intervenir para garantizar la convivencia y los precios de las viviendas.

Falta planificación

— Inquietudes
Vecinos se quejan de la sobrepoblación; de reducidas aceras que contrastan con imponentes torres y obligan al peatón a tirarse a las calzadas al caminar; de la obstrucción del espacio público durante las construcciones y plantas eléctricas mal ubicadas.



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