
Ecuador ocupa el tercer lugar entre los países con mayor nivel de hambre en Sudamérica, de acuerdo con el Global Hunger Index 2025 (GHI), elaborado por las organizaciones Welthungerhilfe y Concern Worldwide. El estudio, publicado en octubre, asigna al país una puntuación de 10.9, ubicándolo en la categoría de “hambre moderada” y solo detrás de Bolivia y Guyana en la región.
Aunque América Latina presenta uno de los promedios de hambre más bajos del mundo, el informe señala un estancamiento en los avances de los últimos años. El GHI evalúa la situación alimentaria mundial con base en cuatro indicadores: desnutrición calórica, retraso en el crecimiento infantil (stunting), bajo peso para la estatura (wasting) y mortalidad infantil.
En Ecuador, los altos niveles de inseguridad alimentaria se asocian con la pobreza rural, el aumento del costo de los alimentos y el impacto prolongado de la crisis económica. Si bien el país ha mejorado levemente su puntuación desde 2016, su progreso es menor al de otras naciones vecinas. Perú (7,2), Colombia (6,1) y México (6,0) muestran mejores resultados, mientras que Chile, Uruguay y Costa Rica mantienen niveles bajos de hambre, con puntajes por debajo de cinco.
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En el contexto sudamericano, Bolivia (14,6) y Surinam (11) superan a Ecuador en gravedad, mientras que Guyana (8,3) se ubica en una situación comparable. En promedio, América Latina y el Caribe registran 7,9 puntos, apenas mejor que en 2016, cuando alcanzaron 8,2. La crisis más aguda del continente se concentra en Haití, con 35,7 puntos, considerado un nivel “alarmante” y el peor de la región.
El informe alerta que uno de cada ocho niños en la región sufre desnutrición crónica, y que el costo de una dieta saludable sigue siendo el más alto del mundo. En el Caribe, la mitad de la población no puede costear alimentos nutritivos, mientras que en Guatemala el 45% de los menores de cinco años tiene baja talla para su edad, cifra que asciende al 70% entre la niñez indígena.
A nivel global, el Global Hunger Index 2025 advierte que el planeta ha entrado en una fase de estancamiento, con una puntuación promedio de 18.3, solo ligeramente inferior a la de 2016. El objetivo de “Hambre Cero” de la ONU para 2030 ya no sería alcanzable debido a la combinación de conflictos armados, crisis climática, inflación alimentaria y recortes en la ayuda humanitaria.
Entre 2023 y 2024, las guerras en Gaza y Sudán duplicaron el número de personas en niveles de hambruna, mientras la asistencia internacional cayó casi un 10% en 2024 y podría reducirse hasta 17% este año. En contraste, el gasto militar mundial alcanzó los 2,7 billones de dólares, más de cien veces el presupuesto humanitario global.
Los países con peores índices de hambre son Somalia (42,6), Sudán del Sur (37,5) y la República Democrática del Congo (37,5), calificados como “alarmantes o extremadamente alarmantes”. En el extremo opuesto, Chile, China, Costa Rica y Uruguay registran menos de cinco puntos. En total, 56 países no alcanzarán niveles bajos de hambre para 2030, y, de mantenerse la tendencia, el planeta no lograría erradicar el hambre antes del año 2137.