La pandemia de 2020 sigue actuando sobre la población mundial y esto se ha hecho evidente recientemente con el interés puesto en las medidas sanitarias dispuestas en China en los días finales del año pasado y los primeros de este 2025.
Para muchos ha resultado tranquilizadora la difusión de informaciones acerca de la circulación de virus en China que movieron a las autoridades de aquella gran nación a tomar medidas sanitarias excepcionales: en ningún caso se ha tratado de virus desconocidos.
Este hecho, el de la circulación de un virus desconocido, fue el que llevó a la declaración de pandemia hace cinco años.
El SARS Cov-2, de acuerdo con lo que hasta hoy ha sido dado por cierto, tuvo sus primeras manifestaciones en Wuhan, China, a finales del año 2019 y en poco tiempo se expandió por todo el mundo bajo la denominación de Covi-19, o simplemente “covi”.
Ya nadie le teme, o muy pocos toman prevenciones especiales ante la posibilidad de circulación de variantes y de contagio.
Las destrezas de los médicos y la disponibilidad de medicamentos para tratarlo han hecho del “covi” una más de las afecciones gripales que acompañan a la humanidad en cualquier tiempo, particularmente en los de cambios de las estaciones calurosas a las frías.
La difusión en las redes sociales de imágenes de gente con tapabocas y las informaciones acerca de prevenciones extendidas en China no fueron más que combustible para un sobresalto momentáneo, por suerte.
Es cierto que tenemos en estos días en el país muchos casos gripales, pero todos causados por agentes conocidos.
Si en algún momento ha habido gente temerosa, estos no son más que ecos de los días de pandemia.