En el Gobierno se tiene la esperanza de que el desenvolvimiento económico experimentado en el año 2021 lleve al país de vuelta a la vieja normalidad, esa de la que fue sacado en marzo del año 2020 con la adopción del cierre por la pandemia.
De acuerdo con palabras del presidente Luis Abinader ante empresarios, la recuperación de los niveles de empleo a diciembre del año 2019 y un crecimiento económico estimado en 4 o 5 por ciento, serán una realidad.
¡Que así sea!
Esto implica que la sobreexcitación que ha llevado la expansión de la economía a dos dígitos, según las cifras del Banco Central, no serán la normalidad sino la excepción. Es decir, el fruto de un esfuerzo extraordinario para poder regresar al ritmo típico de la sociedad dominicana.
La capacidad del aparato productivo para reponerse tras una dolorosa caída, como la del primer año de la pandemia, está en la base del optimismo demostrado por el presidente Abinader ante los empresarios, reunidos ayer por la Cámara Americana de Comercio.
Y, desde luego, también por las instituciones democráticas en las que se desenvuelve el país, un hecho para el que también tuvo el presidente palabras de reconocimiento.
Tiene razón el jefe del Estado, una estabilidad democrática que se mide en décadas es una garantía para las inversiones y para afianzar las políticas contra la corrupción.