Limpiar Filipinas de drogas y narcotraficantes fue una de las promesas electorales que llevaron a Duterte a ganar las elecciones presidenciales celebradas el pasado 9 de mayo.
Manila.– El candidato Rodrigo Duterte se encuentra a la cabeza en la carrera hacia la presidencia de Filipinas, según los primeros datos provisionales de la Comisión Electoral (COMELEC), tras una accidentada jornada electoral en la que se han producido numerosos incidentes y retrasos.
Finalizado el escrutinio en el 51,61 por ciento de los distritos electorales, Duterte se situaba en cabeza con 9 millones de votos (39 %), seguido de la senadora Grace Poe con 5,1 millones de votos (22,2 %), y el actual ministro del Interior, Mar Roxas, con 4,9 millones de votos (21,5 %).
Duterte, que ha sido fuertemente criticado por defender la ejecución de criminales para combatir la delincuencia, acudió a votar a la ciudad sureña de Davao, de la que es alcalde, dos horas antes del cierre de los colegios electorales, donde fue recibido por cientos de seguidores.
“Esto es una democracia, todos debemos aceptar los resultados de las elecciones. Si es mi destino ser presidente de Filipinas, lo aceptaré.
Aceptaré cualquier resultado”, dijo Duterte en declaraciones a la televisión local tras empezar a conocerse los primeros resultados.
La senadora Grace Poe también prometió respetar la voluntad de las urnas cuando acudió a depositar su voto. Mar Roxas, por su parte, se mostró confiado en su victoria y aseguró estar tranquilo tras haber “luchado hasta el final».
El ganador en la carrera presidencial sucederá a Benigno Aquino (2010-2016) para un mandato único de seis años en una ceremonia de investidura que se llevará a cabo el 30 de junio.
Más de 54,3 millones de personas estaban registradas para participar en estas elecciones, en las que también se eligen vicepresidente, senadores, congresistas y unos 18.000 cargos de los gobiernos provinciales y municipales.
La mayoría de los cerca de 36.800 colegios electorales abrió sus puertas a la hora prevista, pero otros sufrieron fallos en las 95.000 máquinas automáticas que alquiló COMELEC para el registro electrónico de los sufragios y tuvieron que empezar hasta tres horas más tarde.
El COMELEC decidió que estos centros cerrasen una hora más tarde que los que empezaron a tiempo.
Además de retrasos, los observadores locales denunciaron el reparto generalizado de material electoral en los colegios, algo que está prohibido por ley, y la compra de votos con dinero o comida, una práctica muy extendida en Filipinas.
Se produjeron varios incidentes violentos en los que murieron al menos 10 personas, según datos de la Policía Nacional de Filipinas.
El peor incidente se registró en la ciudad de Rosario, en la provincia de Cavite, al sur de Manila, donde murieron 7 personas y una resultó herida en una emboscada horas antes de que abrieran los colegios electorales.
Las Fuerzas Armadas también han informado de diversos incidentes violentos, incluido un tiroteo en Abra, en el extremo norte del país, explosiones en dos centros electorales en Lanao del Norte y el incendio de dos colegios electorales.
Los incidentes violentos son habituales durante los periodos electorales en Filipinas, especialmente en las provincias donde los clanes familiares luchan por el poder.
Las autoridades han intentado contener esta violencia con la prohibición de portar armas de fuego en lugares públicos.
Durante la jornada de reflexión de ayer y la de votación de hoy, las autoridades de Filipinas también habían prohibido vender, servir o consumir alcohol.
Pocas horas después del cierre de los centros electorales, el presidente de COMELEC, Andy Bautista, transmitió un mensaje positivo sobre la celebración de las elecciones, que en su opinión se desarrollaron sin grandes contratiempos.
“En general, si lo comparamos con anteriores elecciones de 2010 y 2013, creemos que las elecciones han sido fluidas”, afirmó Bautista, quien concretó que en años pasados se habían registrado más problemas con la maquinaria electoral y se habían producido más incidentes violentos.
La directora ejecutiva de Legal Network for Truthful Elections (LENTE), Rona Ann Caritos, sacó una conclusión diferente a la oficial, dijo que los comicios han sido más violentos que los anteriores y enumeró emboscadas, disparos indiscriminados, incendios, tres explosiones y casos de intimidación.