Tim Duncan debe triunfo a sacrificio en la cancha

San Antonio.-El lunes 25 de este mes de abril, cumplió 40 años Tim Duncan, una leyenda del básquetbol y el ancla fundamental de una franquicia que ha demostrado que la vieja escuela aún está vigente y tiene muchas cosas por decir.
«Algo habrá hecho», pienso, mientras observo un video de Duncan realizando el mismo truco con pies y manos, una, otra, otra, y otra vez. Juego con las cartas cara arriba y pienso lo que diseñó para conseguir algo así con cuatro décadas a cuestas. Con dolores recurrentes.
En los mejores teatros del mundo. Aquí son claras las causas y las consecuencias de un modus operandi sostenido.
Hay que enseñarle de una buena vez a los jóvenes que el éxito está en el camino, no en el final de las cosas. Que el sacrificio paga, que las cosas requieren trabajo, que la búsqueda de la excelencia se encuentra en la ruta, que siempre, pero siempre, es sinuosa e impredecible, jamás una autopista.
Habrá que preguntarle a Duncan cuantas pesas tuvo que levantar en su vida para llegar a ser quien es hoy, cuántos placeres tuvo que esquivar para alcanzar la sintonía fina de su maestría, cuántas veces tuvo que decir no cuando la respuesta sencilla era decir sí. Para bien o para mal, el entorno ayuda.
¿Acaso esta fidelidad con uno mismo y con su entorno no es lo verdaderamente encomiable? ¿O vamos a pensar que Duncan, Manu Ginóbili, Gregg Popovich y tantos otros son grandes SÓLO por los títulos?.
Etiquetas
Artículos Relacionados