Con la invasión al Caribe de parte de los Castellanos en el siglo XV acontecieron dos hechos, separados por 16 años, que marcaron dos discursos religiosos y políticos radicalmente diferentes.
Me refiero al relato de la Virgen de las Mercedes en 1495 y el Sermón de Montesinos en 1511. Ambos relatos fueron discursos españoles, donde los aborígenes no participaron en su elaboración.
En Marzo del 1495 una escaramuza militar entre los conquistadores europeos y un número no determinado de taínos fundó un relato de que la Virgen de las Mercedes había ayudado a los españoles a vencer el ataque de los taínos. El relato ubica el hecho en el llamado Santo Cerro, centro del Cibao.
Esa narración es una alegoría al relato de la Virgen de la Covadonga al inicio de la llamada Reconquista en que Pelayo desde una montaña venció a las tropas musulmanas con la ayuda de la Madre de Dios. Los que acompañaron a Colón conocían la historia de Covadonga que justificaba la guerra de recuperación del territorio peninsular ibérico. Repetir el relato era justificar de igual manera su empresa colonizadora.
En el Adviento del 1511 los Dominicos elaboraron un texto que se convirtió en dos sermones por la voz de Fray Antón de Montesinos. En dicho discurso estos frailes desligitimaban la empresa conquistadora y defendían el derecho de los indígenas a vivir en su tierra sin ser explotados. El primer relato fue la conclusión de la ideología medieval hispana, el segundo el fundamento moderno de la dignidad de todo ser humano.