Pudiera evitar mucho ruido si se tuviera claro que aunque sean el mismo año, en febrero y en mayo hay elecciones distintas.
Eso hubiera podido permitirle a la Junta Central Electoral utilizar un parámetro estándar, aunque con resultados distintos.
Por ejemplo, para las elecciones municipales tomar en consideración la cantidad de votos a nivel municipal obtenidos en la última elecciones y para la presidencial y congresional tomar como parámetro los votos obtenidos a nivel presidencial en las elecciones anteriores (que es lo establecido en la resolución de mayo de 2016).
Así en febrero el PRSC hubiera sido número tres y el PRD el número cuatro, y en mayo ambos intercambiarían de posiciones.