Madrid.-Hoy se cumplen dos años del paso atrás que Joseph Blatter dio al dejar la presidencia de la FIFA, decisión que pretendía zanjar una crisis de credibilidad sin precedentes en la organización, aunque lo que hizo fue abrir una caja de truenos que no deja de hacer ruido.
Desde entonces, hasta ahora Blatter apenas se ha dejado ver. Solo para presentar su biografía, para asegurar que tiene “la conciencia limpia” y para ir al TAS a intentar sin éxito reducir su sanción -seis años- y defender a Michel Platini, arrastrado en su caída.
Pero la ramificación del llamado “FIFA-Gate” sigue imparable.