Sin duda, el Gobierno debe tomar una decisión acerca de las vacunas anticovid compradas para enfrentar el contagio en los días altos de la pandemia.
Esto así, porque está visto que el dominicano no está dispuesto a utilizarlas.
La vacuna contra el covid está disponible y es gratuita, pero la inoculación no es obligatoria.
De acuerdo con la vicepresidente Raquel Peña, el Gobierno explora las vías diplomáticas para donar lotes de estos preparados que están a punto de llegar a la fecha de vencimiento.
Esto ha ocurrido antes. En septiembre del año pasado les fueron donadas miles de vacunas a Honduras y a Guatemala. Un mes después también le fue donado un lote a Costa Rica por la misma razón que ahora deben ser regaladas: el dominicano no está dispuesto a aprovecharlas.
La efectividad de las vacunas anticovid debe de estar probada en millones de personas que entre nosotros viven su día a día desentendidas de cualquier medida de prevención.
El concho, los mercados y las plazas comerciales permanecen muy activos y sólo en ocasiones se ve a uno que se protege con el uso de una mascarilla.
Y esto se ha hecho notable inclusive a escala internacional.
Una prueba es el anuncio del Gobierno de los Estados Unidos, que esta semana dio a conocer que había sacado a República Dominicana de la lista de los países con algún tipo de restricciones de viajes por causa de la pandemia.
Es preferible la solidaridad con alguno de los países en condiciones de aplicar las vacunas a sus nacionales, que verlas perderse por la imposibilidad de inocular a una población que hasta ahora luce resistente y vital ante el virus, y renuente a que le administren el preparado contra el Covid-19.