SANTO DOMINGO.- “El uso de zoónimos o “denominación animal” en sustitución de palabras correctas de la lengua española para relacionar de forma figurada su significado con el comportamiento o perfil de algunas especies de faunas, se ha vuelto una costumbre en República Dominicana.
“Me tienes chivo”, tan famoso que se popularizó a través de un merengue y que significa desconfianza o temor; “camarón que se duerme se lo lleva la corriente” para alertar que hay que ser cauto; “ese es un venado”, nombre dado a quien es infiel o tiene varias relaciones sexuales (por las cuernas de ese animal), son algunos de los apelativos más comunes en el habla criolla.
“Ese actúa como el comején", por decir que alguien penetra a todas parte y acaba con todo; "ese o esa es una sanguijuela" (chupa sangre-oportunista); “trabaja como una hormiga” para significar que es laborioso”, son modalidades que la gente sustituye por palabras reales, reveló Irene Pérez Guerra, recién galardona como Miembro Correspondiente de la Academia Arqueólogica Italiana en el capítulo de Literatura.
La lingüista, escritora e investigadora es la tercera en esa entidad, después de Mario Collado (hijo), seguido por arqueóloga Katheen Martínez. Irene fue tomada en cuenta por su larga y exitosa trayectoria profesional, quien por más de tres décadas fue catedrática de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y varias academias de altos estudios en el país.
La filóloga afirma que el referido hábito tomó tanta notoriedad que hasta el Ministerio Público ha hecho uso de esas peculiaridades para identificar casos sonoros judiciales anticorrupción, entre esos citó “Caso Pulpo”, “Operación Coral; Camaleón”; Medusa, Gavilán”, así como Calamar y otros en los que se comparan acciones de los acusados en sus entramados con la forma de actuar de esas especies acuáticas en el ecosistema marino.
Irene Pérez Guerra, quien ha escrito otros libros de su área, en esta oportunidad da los toques finales a su nuevo ejemplar que será el primer diccionario Glosario de Zoónimos Del Español Dominicano, en el que describe los significados, orígenes, el impacto y cómo se visualiza la gente, y el país en cuanto a nivel de educación.
“Eso se da en todas partes con una vitalidad lingüística enorme a todo los niveles, el otro día incluso escuché que hablaron de un partido político “Garrapata” para describirlo como que no sirve y se pega a otro; las elecciones son un maco… y así sucesivamente es a todos los niveles”, reflexionó Irene Pérez Guerra.
Impacto en habla
La experta asegura que esa forma chabacana y jocosa de hablar no enriquece el vocabulario de los estudiantes y demás ámbitos profesionales, aunque en ocasiones parece o resulta “bonito”.
“Ese es un tema que debe trabajarse en las escuelas para que los alumnos no pierdan el vocabulario real, y poner ejercicios para que los alumnos reemplacen esos térmicos por los reales que pueden ir”, comentó Irene Guerra, que no dejó de reconocer que cada país tiene su estilo o norma lingüística y no hay quien hable mejor o peor; el caso de los dominicanos tiene una norma alta de hablar y otra popular que es la de los zoónimos.
Trayectoria

Irene Pérez Guerra es lingüista de carrera; graduada en la Universidad Provensa Francia; obtuvo un doctorado de filología hispánica en España; es secretaria del Consejo Directivo de la Academia de Ciencias de la República Dominicana y miembro de número de la misma. Fue la primera dominicana como correspondiente de la Real Academia Española, en 1993.