Dominicanos explotan su creatividad durante la cuarentena

Dominicanos explotan su creatividad durante la cuarentena

Dominicanos explotan su creatividad durante la cuarentena

Muchos jóvenes encuentran en la barbería un medio de vida. Debido a la cuarentena, estos negocios han tenido que permanecer cerrados.

*Por Abed-nego Paulino

SANTO DOMINGO.- La creatividad de los dominicanos se ha hecho presente en este periodo de confinamiento dispuesto por el Gobierno, ya que han tenido que ingeniárselas para autoaplicarse los servicios que anteriormente recibían en establecimientos que hoy están cerrados, como son peluquerías, salones de belleza y gimnasios.

Espacios de las casas son utilizados en sustitución de los centros habituales, y nuevas herramientas en suplemento de las tradicionales, tal como dice un viejo refrán: “si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma”.

“Ya me pelé yo mismo con un abejón de la casa (…). Antes de la cuarentena iba donde mi peluquero, pero tuve que hacerlo, y me quedó bien; así que esos 200 pesos el peluquero lo perdió para siempre”, expresó entre carcajadas David Enrique Frierson, residente en San Luis, Santo Domingo Este.

En tanto que para Ángel Fermín Paula Lahoz, morador en Buena Vista Primera, Santo Domingo Norte y empleado del sector público, prefiere la abstención del corte -como mayoría de los consultados- antes que arriesgarse a ir con un peluquero.

“No he tenido ninguna adaptación estética: super barba, super cabello y todo por delivery e higienizado antes de consumirlo. Me recorto bien bajito por los lados una y a veces dos veces al mes,”, indicó.

No solo los hombres innovan con cortes de pelo, mujeres se ven obligadas a arreglarse por sí mismas y comprar materiales de salón.

“Yo he tenido que utilizar mi plancha de pelo que casi no utilizaba y tengo que lavarme la cabeza en el baño”, indicó Perla Pimentel, antigua residente de Cristo Rey.

La resilencia de los dominicanos ante la pandemia hace que algunos de ellos destinen los parqueos de sus casas y los conviertan en gimnasios, centros de bellezas, salas de tareas o cualquier otro centro que les permitan las rutinas.

En ese sentido, Gregory Rosario Hidalgo, morador del sector La Zurza, Distrito Nacional, dice que continúa con los ejercicios físicos que hacía en el gimnasio pero debido al aislamiento social los hace desde su hogar usando galones de agua en sustitución de las pesas.

Para Brunilda Peña, directora de un colegio de nivel básico en Villa Verde, Santo Domingo Norte, dice que las maestras envían las clases a su casa y de ahí las imprimen con las actividades que realizarán los niños en una semana, los padres de los estudiantes van al colegio a retirarlas y las entregan los viernes y se llevan las otras tareas.

Esto permite que padres transformen sus hogares en centros de estudios.

Vemos también que familias realizan compartir desde los balcones de sus casas; los baños en ríos y playas para la cuaresma se hacen en piscinas plásticas; los juntes de amigos continúan, pero virtuales; las visitas a los cines son sustituidas por películas de Netflix y otras aplicaciones y las palomitas de maíz se hacen caseras. En fin, no hay coronavirus para ciertos hábitos.

Dificultad
Ciudadanos se ven obligados a comprar insumos que les permitan mantener sus hábitos, sin embargo, muchos de estos no aparecen en supermercados, lo que les preocupa.

De acuerdo a clientes, los rolos, mancuernas y pizarras son algunos de los recursos que escasean en los grandes supermercados



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