TEMPE, ARIZONA.-Albert Pujols tuvo un fin de semana ocupado.
El viernes visitó las Naciones Unidas, en Nueva York, para recibir un premio. El sábado jugó en un partido “B” en el campo trasero del complejo de los Angelinos de Los Ángeles, y el domingo afinó para la campaña al irse de 3-3, incluido su primer jonrón de la pretemporada.
Cuando Pujols finalmente se retire del béisbol quiere ser recordado más por lo que hizo fuera del terreno que por sus monstruosos cuadrangulares.
El viernes, la Asociación de Mujeres de las Naciones Unidas por la Paz entregó su Premio Humanitario a Pujols, su esposa Deidre y su grupo contra el tráfico humano “Strike Out Slavery” (“Ponchar a la Esclavitud”). Los Pujols se han dedicado a combatir el contrabando de seres humanos en Estados Unidos y todo el mundo.
“Fue una oportunidad de recibir un premio, pero es un premio que comparto con mucha gente”, dijo Pujols. “Solo somos uno de los grupos de muchas personas que combaten contra el tráfico humano. Ser honrado así es grandioso, pero es algo que compartimos con mucha gente en nuestra vida. Realmente fue algo único y realmente un honor estar allí».
Pujols, de 39 años, llega a su 19.ª temporada con 3,082 hits y 633 jonrones.
Pero si se le pregunta qué es importante una vez que terminen sus días como jugador, la respuesta no tiene nada que ver con el béisbol.
“Me considero bendecido y afortunado de utilizar esta plataforma que Dios me dio en el béisbol para un momento como este”, dijo Pujols.
— Caridad
Albert Pujols, tres veces Jugador Más Valioso tiene su propia fundación Pujols Family, la cual realiza viajes de misión a República Dominicana y apoya a niños con síndrome de Down.