En el territorio dominicano la vocación del dólar es buscar pesos, por eso los sectores productores de divisas entienden que la moneda dominicana está “sobrevaluada”, porque quisieran obtener más pesos con sus dólares.
Ahora bien, la misión del peso no es buscar dólares, sino obtener bienes y servicios, que si se producen en el territorio dominicano no requerirían de la moneda norteamericana para su adquisición.
Si los bienes producidos en el país se venden en el extranjero, se producen las divisas con las que podemos comprar productos extranjeros. Si vendemos menos de lo que compramos, entonces habrá más pesos buscando dólares y por consiguiente la moneda norteamericana subirá de precio.
Las autoridades pueden compensar ese déficit inyectando dólares provenientes de préstamos o de inversión extranjera, como ocurre ahora. Entonces los dólares que se mueven bajarán de precios, pero no como consecuencia de las operaciones de compra y venta de bienes.
Entonces los generadores de divisas se quejarán porque el peso está sobrevaluado, pero las autoridades monetarias saben que ese control de la cotización del dólar mantiene baja la inflación.
Un aumento de la inflación se compensaría con mejores salarios.
Tendríamos a los sectores generadores de divisas contentos, a los productores locales contentos, porque habrá más consumo en pesos, y a los comerciantes contentos porque tendrán mayores ventas. Entonces, la cuestión sigue siendo el salario.