Documental que revela su trascendencia su aporte a la música popular, a la composición, a los ritmos raíz y a las modalidades del rock dominicano y cambia por completo la imagen de hippie bohemio que se tiene del artista
José Rafael Sosa
Roddy Pérez (“Héroes de junio: La Historia Prohibida”, 2019) es un director y guionista de cine que ha trazado una especial trayectoria como gestor del cine y desarrollador de proyectos como el documental (en desarrollo) Luis -El Terror- Dias.
Acudimos a la premiere de este audiovisual en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, coronada en su escenario con una pantalla para cine, y ante selecta asistencia de artistas, escritores, investigadores musicales y algunos periodistas de arte y cultura.
La primera proyección pública del documental sobre el personaje central de la historia, revela un extraordinario talento artístico desconocido en lo integral de su aporte a la música y un ejemplo de rebeldía y resiliencia creativa.
El valor temático
El documental tiene el valor de superar la idea generalizada de que Luis Dias era solo, ya en los últimos años de su vida, un bohemio y cotidiano bebedor de cervezas en el colmado de Ciudad Nueva que quedaba cerca de su casa.
Nada más lejos de la realidad. El artista era un investigador social de sólida formación autodidacta, precursor musical y la composición, reivindicador de los ritmos autóctonos, creador de más de una variante musical que quedan como su aporte, imperecedero aun cuando desconocido por las generaciones actuales, en gran medida.
El mérito del documental estriba en ofrecer la primera panorámica integral de su talento, apoyándose en los testimonios de músicos, vocalistas, compañeros de arte, familiares (hablan sus dos hijos que vinieron desde NY a la premiere).
El documental narra cronológicamente de la carrera del artista, abarcando su aporte de rescate de ritmos autóctono de los campos (sobre todo en su papel en Grupo Convite), sus aportes al merengue al cual aportó valores por al elevar la calidad de las letras y enriqueciendo el plano orquestal. Uno de los testimonios es de Sergio Vargas, quien confiesa que Marola (composición de Días), es la pieza que lo graduó de cantante de merengue.
Roddy Pérez profundiza en su vida desde su nacimiento en Maimón, sus estudios primarios en Bonao, su primer contacto con una guitarra (que le fue regalada junto con un método para aprender a usarla)., su llegada a la capital y el inició de una etapa de revolución artística que fue lo que en realidad hizo sobre todo respecto de la música popular.
De los testimonios, resaltan aquellos que lo describen como un lector voraz, autoformado en los temas de arte, ciencia y sociedad. Las imágenes de las columnas de libro en su casa, (los cuales había leído) evidencian la pasión del artista por el conocimiento).
El trabajo basa su mensaje en los testimonios de: Fernando Villalona, Sergio Vargas, Camilo Ruiz, Angurria, Dioni Fernández, José Duluc, Nélsida Lantigua, Mari y Francis Día (hijos), Genoveva, Gustavo Moré, Guy Frómeta, José Duluc, Juan Francisco Ordoñez, Juan Valdez, Manuel Betances, Manuel Tejada Marivell Contreras, Patricia Pereyra, Pito Acevedo, Reynaldo Pantaleón, Riccie Oriach, Roldán Mármol, Tony Almont e Irka Mateo.
Además, intervienen Edis Sánchez, Goevanny Guzmán, Peter Nova, Guy Frometa, Juan Francisco Ordóñez, Marino Peña, Cristian del Rosario, Luinis Quezada, Janina Rosado, Soraya Franco, Crispín Fernández, Juan Valdez, Roden Santos, Apolinar Peralta, Freddy Valdez, Miguel Montás, Luis Mojica, Joel Ramírez, Henry García y Amaury Colón.
Los recursos fílmicos
Audiovisualmente, el documental apela al simbolismo de la televisión de época, ubicada en diversos escenarios, en cuyas pantallas se proyectan imágenes y canciones de Días, pietaje que le fue cedido al director por Luis Molina, María Cordero, José Mármol y Reynaldo Pantaleón.
La dirección de fotografía equilibra tomas rodadas en la actualidad con los vídeos de época, que en momentos carecen de la calidad adecuada, pero es lo que ocurre con material de archivo que es lo único disponible.
Editado con agilidad y concisión, el trabajo presenta una adecuada narración el documental es una pieza digna de atención y respaldo.
Una recomendación en vista de que el documental aún está en proceso técnico de postproducción: hace falta recrear con el énfasis adecuado, la etapa de Grupo Convite, – fase fundamental de Días- mediante información y testimonios de personalidades que lo acompañaron en esos procesos.
El documental Luis -Terror- Días, es una producción de bajo costo, a pesar de su altísima calidad que merece apoyo, atención y que pueda llegar sobre todo a los jóvenes de hoy.